A Coruña enseña a profesores de Burundi cómo fabricar cocinas solares

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

El CIFP Someso acogerá un encuentro internacional de docentes para instaurar en el país africano ciclos formativos sobre estos dispositivos

23 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Burundi es uno de los cinco países más pobres del mundo, con casi el 65 % de su población viviendo por debajo del umbral de pobreza. Varias guerras civiles, la corrupción, el pobre acceso a los servicios de educación y salud, una infraestructura débil y los efectos del sida marcan el día a día del llamado corazón de África, donde la esperanza de vida es de 62 años. Otro de los graves problemas que sufre el país es la deforestación y la desertificación, lo que hace que la gente no tenga acceso a materia prima (madera y carbón) para cocinar alimentos. Con este telón de fondo, la Comisión Europea aprobó, dentro del programa Erasmus+, un proyecto educativo de tres años de duración en el que participa el CIFP Someso de A Coruña con el objetivo de enseñar a construir y utilizar cocinas y hornos solares a docentes de formación profesional de Burundi. En el grupo de trabajo también colaboran centros de Valladolid, León, Turquía y del propio país africano. 

Víctor Varela, director del CIFP Someso, confirmó que después de un primer encuentro el pasado mes de julio en Burundi, la próxima semana tendrá lugar en A Coruña la segunda reunión. Tras diseñar el curso y elaborar el material necesario, los profesores se centrarán ahora en unificar la programación didáctica del ciclo y ensayar las herramientas elaboradas para que, en una tercera fase, los profesores africanos comiencen a dar clase de forma experimental con sus alumnos. Víctor Varela explica que la iniciativa «no consiste en fabricar o vender cocinas solares y llevarlas a Burundi», sino en formar profesores para que, a su vez, puedan trasladar sus conocimientos y contribuir a que la población tenga alternativas a las cocinas tradicionales. 

Varela aclara que existen muchos modelos de hornos y cocinas solares. Las más baratas y sencillas, que no cuestan más de un euro, consisten en reutilizar cajas de cartón con paredes forradas de papel de aluminio y una tapa de cristal. Otras más «potentes» y con un mayor coste económico están elaboradas con aluminio pulido para que reflejen los rayos solares «y se asemejan a antenas parabólicas». Así, según puntualiza el director del centro de Someso, el precio de las cocinas «oscila entre un euro la más barata hasta entre 150 y 300 euros las más caras. También hay algunos modelos mucho más avanzados que pueden llegar a los 800 euros». Comenta que uno de los profesores promotores de este proyecto, Juan Bello (se acaba de jubilar pero seguirá vinculado como formador), comprobó que este tipo de cocina sostenible es apta incluso para climas que no son ecuatoriales como el de Burundi. «Él las utiliza en su propia casa y confirmó que en Galicia se puede cocinar en el exterior con este sistema entre 240 y 250 días al año, con el consiguiente ahorro energético que ello supone». Este tipo de instalaciones tiene, entre otras ventajas, las siguientes: energía gratuita del sol, no contamina el medio ambiente, tiene un bajo coste, no emite humo y es más seguro evitando el riesgo de incendios o inhalación de contaminantes, fácil funcionamiento, cocina a fuego lento (slowfood) y se puede utilizar en cualquier lugar al exterior, sin necesidad de electricidad.