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El dolor provocado por daños en el sistema nervioso puede aliviarse con terapia, fármacos o neuroestimulación; en ciertos casos, se puede eliminar con cirugía

En España, más de tres millones de personas sufren dolor neuropático. Es un tipo de dolor complejo y persistente, relacionado con daños en el sistema nervioso, que reduce considerablemente la calidad de vida.

Tal vez el dolor neuropático más reconocible popularmente sea el del miembro fantasma, tras una amputación. Uno de los más comunes es el dolor que persiste tras una infección del herpes zóster.

El doctor César Bonome, jefe de la Unidad de Tratamiento del Dolor y director médico del Hospital San Rafael de A Coruña, ofrece esperanza a quienes padecen dolor neuropático.

Dr. César Bonome, jefe de la Unidad de Tratamiento del Dolor y director médico del Hospital San Rafael de A Coruña
Dr. César Bonome, jefe de la Unidad de Tratamiento del Dolor y director médico del Hospital San Rafael de A Coruña

—Doctor, ¿qué síntomas provoca el dolor neuropático?

Los síntomas del dolor neuropático abarcan desde ardor y hormigueo hasta hipersensibilidad al tacto (alodinia), dolor intenso que puede ser espontáneo o desencadenado, parestesias, disestesias y cambios de temperatura en la zona afectada.

Estos síntomas suelen afectar la calidad de vida, generando dificultades en las actividades cotidianas, así como ansiedad, insomnio y depresión. Esto repercute en la vida social, laboral y familiar. A menudo, los pacientes con dolor neuropático reciben incapacidades laborales temporales o permanentes.

—¿Qué puede causar este tipo de dolor?

Las causas más frecuentes de dolor neuropático incluyen la diabetes, lesiones nerviosas periféricas por traumatismos o intervenciones quirúrgicas, infecciones como el herpes zóster o el VIH, las enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple, ciertos tóxicos (como la quimioterapia o el alcohol) y radiculopatías, que provocan la compresión de una raíz nerviosa o de la médula espinal debido a hernias discales o estenosis del canal.

El dolor neuropático puede afectar a cualquier persona, aunque hay grupos más predispuestos. Los pacientes con enfermedades autoinmunes o diabetes tienden a sufrirlo con mayor frecuencia. También existen condiciones genéticas que pueden facilitar su desarrollo.

—¿Cómo se trata el dolor neuropático?

El tratamiento más efectivo consiste en eliminar la causa subyacente mediante una intervención quirúrgica adecuada para corregir la afectación nerviosa o tratar la enfermedad que origina la neuropatía. Por eso, el primer paso es realizar un diagnóstico preciso.

Los tratamientos para el dolor neuropático son variados y se organizan en diferentes líneas. La primera línea incluye antidepresivos, anticonvulsivos y analgésicos. La segunda línea incorpora parches de lidocaína y capsaicina junto con opioides de baja potencia.

Las líneas posteriores son más intervencionistas, utilizando opioides potentes, toxina botulínica y bloqueos anestésicos con esteroides, así como la neuroestimulación. La fisioterapia y el ejercicio pueden ayudar a disminuir el dolor y mejorar la funcionalidad.

—¿Qué resultados tiene el tratamiento?

Los resultados del tratamiento varían; algunas personas experimentan un alivio significativo, mientras que, en otras, los síntomas pueden persistir. Es fundamental adoptar un enfoque individualizado y multidisciplinario que incluya a los especialistas que tratan la patología base, así como a los profesionales de la Unidad de Dolor y los equipos de fisioterapia y rehabilitación.

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