Agentes de paisano de A Coruña vigilarán que los dueños de perros recojan las deposiciones
A CORUÑA CIUDAD
El Ayuntamiento pretende evitar la picaresca ya que muchos incumplen la normativa cuando no ven policías cerca
17 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En A Coruña hay más perros que niños. Esta afirmación se puede confirmar con datos. De hecho, según el Rexistro Galego de Identificación de Animais de Compañía (Regiac) los canes inscritos en la ciudad durante el 2023 fueron 31.156, mientras que el de niños, según el Instituto Galego de Estatística (IGE), eran 28.758. Datos más recientes a nivel gallego confirman que por cada tres perros hay un niño. Así que los parques están muchas veces más copados por las mascotas que por los hijos. El problema es que la convivencia en los parques supone conflictos y las zonas verdes de uso público se encuentran, literalmente, llenas de defecaciones.
Desde el Ayuntamiento de A Coruña, y tras hacer numerosas campañas informativas y constatar que muchos dueños de mascotas siguen sin cumplir sus obligaciones, se van a intensificar los controles en materia medioambiental y de civismo. Así, de forma inmediata, formarán parte de las patrullas de vigilancia agentes de paisano con el objetivo de evitar la picaresca y sancionar a quienes no cumplen con la obligación de recoger las heces de sus mascotas. Así, muchos infractores solo incumplen la norma cuando no ven policías cerca, pero ahora ya no podrán mirar hacia otro lado.
No en exclusiva
Desde el gobierno local explicaron que resulta imposible tener agentes para controlar presencialmente una ciudad con más de 30.000 perros, pero han tomado medidas para que las zonas verdes estén más limpias. Puntualizaron que no serán agentes en exclusiva para este fin, porque llevarán a cabo sus cometidos habituales, pero trabajarán sin uniforme y multarán a los que ensucien el espacio público.
«Ya hace tiempo que no dejo a mis hijos que jueguen aquí al fútbol o que corran por el césped. Esto es un auténtico campo de minas. Es una zona de convivencia, pero muchos dueños de perros no cumplen con su obligación de recoger las heces. No es la primera vez que tengo que meter a los niños directamente en la ducha», explica Clara Fernández, usuaria del parque Europa.
Otro usuarios confirman además que la presencia de heces dificulta la práctica deportiva. Alberto, vecino de la zona de A Gaiteira, explica que entrenar en el parque de San Diego es «un deporte de riesgo». «Ya no quedamos en esta zona porque si pisas la hierba sabes que tarde o temprano vas a encontrarte con algo desagradable. Y, además, no es la primera vez que uno resbala y se cae». Comenta que hay pocos parques de la ciudad que estén «limpios» y, para que la musculatura no sufra por el impacto contra el asfalto, buscan correr por sendas de tierra. «Y no hay muchas dentro del casco urbano». Mariano R. vecino de O Castrillón, aporta un dato más: «Yo salgo a andar todos los días. Es verdad que las zonas verdes están llenas de excrementos, pero también las calles. No sé qué pasa en la Merced, por ejemplo, o en Antonio Ríos, que te encuentras restos a cada paso. Y si dices algo o llamas la atención, la gente tiene más que decir», se queja.
Pamela Pérez Faraldo, vecina de Os Castros: «La única solución es que pongan más sanciones»
«En mi calle, en Jacinto Benavente, la gente suelta a sus perros y no recogen las heces. Eso genera un olor muy desagradable, suciedad y una imagen deplorable en toda la zona. Desde luego, no mejora la convivencia». Pamela Pérez Faraldo tiene un perro de raza teckel y a veces se escandaliza con la falta de solidaridad de otros ciudadanos: «Yo creo que la única solución es que pongan más sanciones. Es la forma de que la gente se responsabilice». Explica que para ello es necesario incrementar la vigilancia, aunque es consciente del coste que ello supondría. «Es una cuestión de civismo porque recoger heces también es desagradable para los trabajadores que se encargan del mantenimiento de las zonas verdes. Incluso es una falta de respeto para otros sectores como el de la limpieza». Incide en que los niños pequeños son usuarios de los parques y zonas verdes: «A veces se caen y tocan las cacas. Se llevan las manos a la boca y al final hay un problema de salud». Lamenta que algunas personas reclamen espacios para perros y tener derechos para sus mascotas cuando no se responsabilizan de ellas.
Víctor Cancela, vecino de la avenida de Arteixo: «Los cortacéspedes retiran más excrementos que hierba»
Víctor Cancela suele recorrerse los parques de A Coruña en bicicleta. A veces también hace atletismo. Pero ni se le ocurre pisar las zonas verdes: «Ni me meto», corrobora. Explica que en los carriles bici y en las zonas asfaltada no suele encontrar heces de perros, pero sí ha tenido más de un susto porque los canes invaden la zona ciclista con el riesgo de provocar accidentes. «Son un auténtico peligro porque los dejan sueltos y ni les hacen caso». Y cuenta: «En Alfredo Vicenti un perro que iba sujeto con una correa extensible se cruzó en mi paso. Tropecé y me enredé con el hilo, que era muy fino. Y el dueño tenía más que reprocharme a mi». Cree que la presencia de heces en las zonas verdes debería estar más controlado. «Es que los cortacéspedes del mantenimiento de los parques retiran más excrementos que hierba», se queja.
Loli Calvete Ares, usuaria del parque de San Diego: ««Por lo general, los dueños llevan bolsa y botella de agua, pero se meten en tertulias y se despistan»
Es deportista, todos los días anda varios kilómetros por la ciudad. Y ve lo que pasa en los parques. «La gente suelta a los perros en los parques. Habrá horarios para hacerlo. Y por lo general, los dueños llevan bolsa y botella de agua para limpiar, pero se meten en tertulias y se despistan. Así que después está todo lleno de caquitas». Esta vecina explica que lo ideal sería una mayor vigilancia, pero es consciente de que no se puede tener un policía en cada jardín. «Quizás más cartelería, más información, más formación cívica... Y, en último caso, que afecte al bolsillo con multas, que es lo que más duele».