Renfe: 31.000 usuarios a la cola

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

Pasajeros esperando por sus trenes en la estación de San Cristóbal de A Coruña.
Pasajeros esperando por sus trenes en la estación de San Cristóbal de A Coruña. EDUARDO PEREZ

Miles de coruñeses aguardan con preocupación ante otro posible colapso la reapertura del sistema de compra de billetes

09 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Desesperación, indignación..., más bien un cabreo mayúsculo... «Estás en la cola para formalizar tus billetes. Cuando sea tu turno podrás continuar con el proceso de formalización. Más de una hora de tiempo de espera. 12.058 personas delante de ti».

Este es el mensaje que la aplicación de Renfe enviaba a los usuarios el pasado 18 de octubre, en torno a las nueve de la mañana, cuando intentaban sacar sus billetes. Ese día, sin previo aviso, abrió la opción de comprarlos hasta el 5 de diciembre. La avalancha fue descomunal. A primera hora había ya trenes completos en la web de la compañía.

En torno a las diez y media de la mañana de aquel día 18, el mensaje de Renfe matizaba que ya eran 20.000 las personas que el usuario tenía por delante en la aplicación para adquirir billetes, y poco después del mediodía, más de 31.000. Una locura colectiva, con media España intentando acceder al servicio de media distancia.

Nos encaminamos ahora hacia mediados de noviembre y tiene toda la pinta de que este mes va a ocurrir lo mismo: un retraso injustificado para que se abra la veda de los abonos de diciembre (con las fiestas navideñas por delante), una apertura del mercadeo sin aviso previo y un colapso del sistema que dejará sin tren a muchas personas; personas que necesitan billetes porque estudian en Santiago, porque trabajan en la Xunta o por lo que sea.

Es fantástico que los viajeros recurrentes de una línea tengan acceso gratuito al tren. Nadie niega el enorme valor de esta prestación, pero que sea gratis no puede ser la excusa para que sea un mal servicio. Y la venta de billetes de Renfe, que más parece un mercado persa tal y como está planteada, es un servicio desastroso.