Avdeeva, virtuosa a prueba de móviles

Hugo Álvarez Domínguez

A CORUÑA CIUDAD

La pianista Yulianna Avdeeva.
La pianista Yulianna Avdeeva. -

Fue ovacionada en una pieza de Lutoslawski que exige virguerías técnicas al piano

08 nov 2024 . Actualizado a las 18:36 h.

La OSG ofreció el programa con el que visita a la Sinfónica de Castilla y León (una de las orquestas españolas más pujantes de hoy). Lo abrió una selección de Arcanes symphoniques, de Dubognon, una de esas delicatessen con las que Roberto González-Monjas sorprende. Música de gran fuerza expresiva que cuida los detalles para un clima mágico. Destacó la cuerda en La estrella o la temperatura de La fuerza: aquí la OSG tiene poco rival; pena no apostar más por este repertorio.

Yuliana Avdeeva tocó un gran Primero para piano de Liszt. Matizado, fogoso y sensible, con fraseo calculado y digitación impecable. Con grandes momentos en el inicio (formidable diálogo con Ferrer al clarinete) fue milagroso recomponerse cuando un sonoro móvil frenó la interpretación unos segundos en el Quasi adagio: tras detenerse, acarició sus delicadas frases como la artista enorme que es, afrontando con carácter el aire marcial de los movimientos tercero (brilló Trigueros en la percusión) y cuarto. Aunque cuidó de la solista, en los tutti González-Monjas pudo contener más a la orquesta y favorecer la presencia de un piano no siempre en primer plano.

Avdeeva brilló en las Variaciones sobre un tema de Paganini, de Lutoslawski (con el que el maestro muestra afinidad). Exige virguerías técnicas al piano (la solista las clavó y fue ovacionada) con orquestación juguetona a la que el titular sacó todo el jugo.

La ópera es pariente pobre en la OSG: los tiempos en los que la programación incluía títulos en concierto quedaron atrás. Una suite orquestal de Der Rosenkavalier, de Strauss, sabe a poco. Eliminar las capitales partes vocales hace que números sublimes (la Presentación de la rosa o el Trío) flaqueen. No hay tacha a la sonoridad de la orquesta (metal y cuerda estupendos). La lectura de González-Monjas encontró sabor vienés en los valses (muy logrados); faltando tensión en otros momentos (inicio borroso y precipitado). Lució la plantilla orquestal; pero se debe apostar ocasionalmente por repertorio operístico. Concierto largo dominado por una sensacional Avdeeva.