Juan Mariñas: «He escrito lo que me apetecía leer, una de detectives ambientada en A Coruña»
A CORUÑA CIUDAD
«Detective Naveira» marca un punto de inflexión en la carrera del autor
04 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Para Juan Mariñas (A Coruña, 1970) escribir siempre ha sido una necesidad, algo que de alguna manera ordena el cosmos para que la vida tenga sentido. Con cinco novelas y un libro de relatos publicados —y como cabeza de la editorial Lautana— ha llegado a un punto de inflexión en el que decide jugársela y apostarlo todo por la literatura como única ocupación profesional. Y lo hace con Detective Naveira, extensa novela ambientada en A Coruña.
—Casi 900 páginas para una novela de detectives. Mucho tiene que contar el detective Naveira...
—Es que la novela fue concebida como la primera de varias del personaje. La extensión obedece a que son como dos novelas en una. Por un lado está la presentación del personaje, sus alrededores, su ambiente. Y después está el propio caso.
—¿No compensaba haber sacado dos volúmenes?
—Eso es lo que me plantearon en la imprenta, pero tenía miedo de dejar a los lectores a medias. Además, hay mucho diálogo, y eso come mucha página. Y le subí el cuerpo a la letra, que tengo ya 54 años y me gusta que se lea bien. Todo eso suma páginas. Pero lo importante es que es de muy fácil lectura. O al menos eso es lo que me están diciendo.
—En sus anteriores novelas nos tenía acostumbrado a una narrativa intimista con la que buceaba en las relaciones humanas. Y ahora se saca una de detectives.
—Pero es que eso está también en el libro. Esta no es la típica novela de detectives, aunque supongo que eso es lo que dicen todos los que escriben novelas de detectives. En mis anteriores libros me metía mucho en las luces y las sombras del alma humana, y en esta tiro también por ahí. El caso que investiga el detective es la disculpa para profundizar en el personaje y su ciudad, A Coruña.
—¿Tiene protagonismo A Coruña?
—Es un personaje más. Sale el Chipirón, el Olímpico, la Granera, el Chaflán, la cervecería de Cuatro Caminos, la Torre, Monte Alto, Os Mallos... Está esa ciudad que conocemos y, a la vez, ese otro mundo que se mueve en A Coruña de modo más oculto.
—¿Funciona la ciudad como escenario detectivesco al estilo Chicago?
—Funciona. Y hay algo que ya me pasó con una novela anterior, Migas de pan, que lectores de otras ciudades de España me decían que habían disfrutado mucho con eso, que vinieron después a conocer los sitios que menciono en la novela. No es la primera vez que un lector se pone en contacto conmigo para decirme que va a visitar A Coruña y que le gustaría que le hiciese de guía. Y yo encantado.
—Naveira resulta terriblemente humano. ¿Está basado en algún detective real?
—Conozco a un detective y hablando con él llegas a desmitificar al prototipo de investigador privado. Naveira va muy a su bola, huye de las grandes investigaciones. No es nada peliculero. De hecho, está divorciado y vive con su madre, es donde tiene el despacho.
—Usted ha atravesado una época convulsa. El covid le pegó fuerte, y después le detectaron un cáncer de piel. ¿Cómo está?
—Acabo de hacerme una analítica, y en unos días me dirán cómo va la cosa. Pero parece que va bien, lo van controlando y quitando lo que van encontrando.
—¿Influyó esto en la decisión de dejarlo todo para dedicarse íntegramente a la literatura?
—Sin duda. Al principio te pega un meneo tremendo y te cuesta asimilar que tus días aquí están contados. Y a partir de ahí empecé a tomar decisiones que antes no tomaba. Me di cuenta de que estaba muy acomodado, que había que vivir, no al minuto, sino al segundo. Así que, entre otras cosas, decidí escribir solo lo que me apetece. De hecho veo a Detective Naveira como un renacer literario. Es simplemente la novela que me apetecía leer, por eso la escribí: una de detectives ambientada en A Coruña. Y tengo la bendita suerte de tener lectores a los que les gustan mis novelas. Así que claro que influyó esta experiencia a la hora de apostarlo todo por la literatura. Me dije que, al menos, tenía que intentarlo.
«Monté la editorial Lautana por justicia, para pagar a los autores un porcentaje digno»
La decisión de Mariñas de dedicarse en cuerpo y alma a la literatura viene respaldada por una legión de lectores que ha conseguido crear el autor novela tras novela.
—Cuenta con un buen número de fieles, algo complicado de conseguir.
—Ya desde mi primera novela estuve muy arropado. La gente empatizó con lo que escribía. Y muchos me demandan más libros. Fíjate, tengo un lector que, aparte de enviarme críticas sobre mis libros, me ha encargado 50 ejemplares, que tengo que dedicar, para regalar en Navidad a sus amigos. Con gente así solo me queda estar agradecido.
—¿Se puede vivir de la literatura?
—La pregunta es si se puede vivir solo de escribir. Y ahí mi respuesta es que no, que solo cuatro lo consiguen. Pero sí que se puede vivir de esto sumándole a tus libros el impartir cursos y talleres. Y, en mi caso, teniendo mi propia editorial.
—Pero siempre dijo que Lautana, su editorial, era cuestión de justicia, más que de negocio.
—El otro día hablaba con una amiga que está publicando en una editorial de las grandes. Me contó lo que le pagan. No es justo. Monté la editorial para pagar a los autores un porcentaje digno. Es una cuestión de justicia. El autor merece un respeto que no siempre se le da. No puede llevarse un euro de un libro que se vende por veinte.
—¿Qué tiene cabida en Lautana?
—Aquello que creo que merece ser publicado, sin más. Hay cosas que se quedan en el tintero, pero es que hay que seleccionar. Pero estoy abierto a todo. Este mes saco un libro maravilloso de un autor de Ourense que tiene una discapacidad y que lo ha escrito a medias con su psicóloga.