Doña Criolla (A Coruña): parrilla y platos latinos adaptados a los paladares de aquí

Un breve paso por Arty! sirvió para corroborar a David López algo que ya creía, que la comida latinoamericana también tiene su público en A Coruña. «Vi que las especialidades venezolanas gustaban y abrimos la carta un poco más con platos tex-mex y también de otras gastronomías, pero con ciertas adaptaciones para que encajasen en los gustos de aquí», explica la persona detrás de Doña Criolla, un coqueto restaurante con sabores latinos que abrió sus puertas en marzo de este año en As Conchiñas. «La aceptación fue genial. Escuchamos mucho a los clientes y añadimos también parrilla y ciertas tapas y raciones más autóctonas, pero el 90 % de lo que vendemos sigue siendo latino. Si algo hicimos bien, fue adaptarnos a la economía de lugar y mantener una calidad elevada a pesar de reducir los márgenes de beneficios», añade. 

Cogieron una cafetería de la zona y la transformaron en un local moderno y acogedor. «Gastamos en la reforma más de lo que me hubiera gustado, pero ha quedado perfecto», bromea su dueño. Si bien ahora mismo funcionan con un horario de cocina para dar servicio de comidas y cenas, la idea a partir de noviembre es abrir ininterrumpidamente de 12.00 a 23.00 horas y añadir sugerencias a diario de cocina internacional además de brunchs durante los fines de semana. 

Uno de los platos más demandados de esa gastronomía caribeña son los tostones, unos chips de plátano macho fritos que sirven acompañados de queso, guacamole, pico de gallo y carne (los veganos o vegetarianos tienen la opción de alubias negras). «Al principio teníamos pernil, que es la paleta de cerdo asada, pero hemos galleguizado un poco la cosa y la cambiamos por chicharrones», comenta.

Las otras grandes triunfadoras son las arepas, el clásico bocadillo venezolano elaborado con masa de maíz, lo que las hace aptas para celíacos, como casi toda su carta. Además de las clásicas reina pepiada (pollo mechado, guacamole y mayonesa), catira (pollo y queso), peluda (ternera y queso), tienen una de creación propia que lleva ternera, queso amarillo, aguacate y tomate y que bautizaron con el nombre del local; y la gallega, con chicharrones y queso de Arzúa. «La gallega está increíble, pero las carnes de las otras quedan muy jugosas y sabrosas con la mezcla de condimentos que le ponemos. Los latinos son más de tomarlas asadas, pero las preparamos fritas por eso de adaptarnos a los gustos. Es un restaurante para que los coruñeses prueban comidas latinas. No nos enfocamos tanto al público latino, que también viene y disfruta», esgrime su propietario.

Tras seis meses abiertos viendo qué funcionaba y qué no, decidieron retirar algunos platos que no terminaban de encajar, como las cachapas o los patacones —estos pueden pedirse por encargo— e introducir propuestas de parrilla. «Tenemos picaña, croca, secreto… funcionan muy bien. Estuve buscando entre muchos proveedores hasta encontrar la calidad que buscaba y la gente que viene, repite», asegura. Y añadieron también tapas y raciones de aquí. «La tortilla es pequeña, para poder hacerlas al momento y que salgan calentita y fresca. El raxo de pollo con nata y champiñones triunfa», afirma. El broche dulce lo ponen cuatro postres entre los que resulta complicado elegir: tarta de queso, torrija con helado, baoffee y brownie. «La tarta de queso hay que tenerla casi por obligación y la torrija la incluimos hace poco porque soy muy fan. Y ya de cambiar, pues pongo algo que me gusta», concluye entre risas. 

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