Caos para entrar en A Coruña: la lluvia y los accidentes provocan retenciones kilométricas en los accesos a la ciudad
A CORUÑA CIUDAD
La situación más complicada se vivió en la rotonda de Matogrande y el acceso a Alfonso Molina desde A Grela. Este jueves por la tarde abrirá uno de los carriles del ramal a Pocomaco
09 oct 2024 . Actualizado a las 10:18 h.Entrar este miércoles por la mañana con coche a A Coruña se convirtió en una odisea para centenares de conductores. La intensa lluvia que cayó durante la noche y todavía continuó durante buena parte de la mañana complicó el acceso a la ciudad tanto por Alfonso Molina como por la AP-9 o la carretera del Chuac y la avenida del Ejército. Si ya durante la hora punta es habitual que se registre tráfico denso, la situación hoy fue todavía más complicada por la cantidad de personas que optaron por moverse en coches particulares para evitar así la lluvia.
Uno de los puntos más complicados a nivel de tráfico durante las primeras horas de este miércoles fue el acceso a Pocomaco. Con el ramal de entrada al polígono cortado en sentido entrada a la ciudad, los conductores que querían llegar hasta allí se veían obligados a hacer un cambio de sentido. Fueron muchos los que optaron por hacerlo en la rotonda de Matogrande, ya sobrecargada en un día normal, pero el gran problema se lo encontraban unos metros después cuando querían volver a acceder a Alfonso Molina en dirección salida de la ciudad por el ramal que venía de A Grela. En ese punto confluían los que habían optado por hacer el cambio de sentido y los que venían de San Cristóbal, lo que provocó retenciones más que considerables y cantidad de coches circulando en caravana para coger la salida hacia Pocomaco. A las 8.30 horas, la densidad de tráfico en la zona era tal que los conductores necesitaron casi media hora para avanzar desde el túnel de Eirís hasta la rotonda de Matogrande, una distancia de apenas 800 metros. Y en sentido salida de la ciudad, los vehículos circulaban ya al ralentí desde la plaza de Ourense.
Y si la situación ya era complicada, el caos de tráfico ya fue total cuando se produjeron varios accidentes. El primero, poco antes de las 9 de la mañana bajo la pasarela de Pedralonga en sentido entrada a la ciudad. Un siniestro por alcance con cuatro vehículos implicados, aunque sin heridos, agravó la situación. A ese se le sumó poco después otro, con seis turismos afectados y en dirección salida, a la altura de la gasolinera de Alfonso Molina. A pesar de la aparatosidad, por fortuna solo hubo que lamentar un herido de carácter leve en el segundo siniestro, que fue trasladado al hospital por precaución.
Con esos dos accidentes y la lluvia cayendo sin cesar, las caravanas no se hicieron esperar. El atasco a esa hora en la autopista AP-9 alcanzaba la salida de O Temple, avanzar por cualquiera de las carreteras de Oleiros que desembocan en A Pasaxe era un auténtico ejercicio de paciencia. Aunque los vehículos que llegaban túnel del Sol y Mar por la N-6 avanzaban si demasiada complicación, no sucedía lo mismo con los que venían por Montrove. El carril de incorporación es muy pequeño, lo que complica la fluidez, y a ello se suma un semáforo de botón para los peatones en la rotonda elevada complica más aún la situación, que desespera a los conductores.
La entrada y salida de A Coruña por Alfonso Molina cada vez que llueve o se producen accidentes convierte la ciudad en una ratonera. La ampliación de la avenida es una demanda histórica que empieza a ver la luz con los primeros trabajos en la zona de Agra do Foxo y en Matogrande. De hecho, el corte del ramal de Pocomaco responde a trabajos previos para ejecutar la obra. Sin embargo, no hay plazos concretos por el momento para la ampliación de carriles prevista.
La gran avenida se diseñó para dar servicio a unos 60.000 vehículos, pero, en la actualidad, pasan a diario por esa carretera más del doble. La cantidad, lejos de ir a menos, se prevé que continúe aumentando teniendo en cuenta el crecimiento urbanístico de la ciudad y su área. Por eso es clave, y urgente para la ciudad, que se lleve a cabo la ampliación de Alfonso Molina. Además, también continúa sin avances la obra del puente de A Pasaxe, con la que se aumentaría el número de carriles y planteará soluciones en los nexos viarios de sus extremos, A Coruña y Oleiros.
Hubo que esperar hasta pasadas las 10.00 horas, con los desesperados conductores ya en sus puestos de trabajo y los niños ya en los colegios, para que la circulación fuese poco a poco regresando a la normalidad, aunque el acceso a Pocomaco continuó congestionado.
Alerta naranja
Aunque la borrasca Kirk se va alejando, sus efectos todavía se notan en A Coruña y su comarca, que al igual que el resto de Galicia está bajo aviso naranja. Así seguirá hasta las 13.59 horas en tierra, cuando la alerta pasará amarilla, pero persistirá en el mar hasta la medianoche. La estación meteorológica del dique de abrigo registró rachas de viento por encima de los 80,2 km/h y una acumulación de lluvia de 7,4 l/m2.
En cuanto a las incidencias, el tren de las 6.50 horas que tenía previsto salir de la estación de San Cristóbal hacia Vigo no pudo hacerlo por un árbol caído entre Padrón y A Escravitude. En Alvedro, el vuelo de primera hora de Air Europa de Madrid fue cancelado, y el Vueling de Barcelona necesitó de un segundo intento para conseguir aterrizar. Además, la meteorología adversa obligó a cancelar la escala de dos de los tres cruceros que tenían previsto atracar en el puerto coruñés este jueves, con lo que ya son cuatro los barcos que han optado por no recalar en A Coruña esta semana.
Con el aviso naranja todavía activado, en la ciudad herculina están cerrados parques, jardines, playas, cementerios e instalaciones deportivas al aire libre y se suspendieron todas las actividades escolares en el exterior.