No es extraño que acabes perdido por las carreteras de Sobrado si tratas de encontrar el campamento romano de A Ciadella
25 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El cartel es de la época en la que Manuel Fraga aún no usaba bastón. El logo debe ser anterior al Pelegrín. Así que no es extraño que acabes perdido por las carreteras de Sobrado si tratas de encontrar el campamento romano de A Ciadella. Todo es tan confuso que unos kilómetros antes de llegar al desvío, hay un cartel con un código QR que te avanza lo que te vas a encontrar. No me queda claro si el objetivo es que te bajes del coche, revises el plano del yacimiento y descargues una ruta. Si es así, más nos habría valido aparcar un momento y pasar del navegador. O tal vez no, porque ya decía mi madre que perderse es ver mundo. Y vaya si descubrimos, antes de llegar.
Si el cartel es casi de la misma época que el yacimiento, la caseta de interpretación es mucho más moderna que las tomas de posesión con la Real Banda de Gaitas de Ourense. La base metálica muestra el organizadísimo trazado de aquella cohorte romana que protegía la vía entre A Coruña y Lugo. No hay nadie que explique nada a golpe de domingo, los guías son ahora unos códigos delante de cada edificación, que dan paso a breves vídeos que permiten que expliques a los críos la historia detrás de las piedras en las que hace 2.000 años dormirían , comerían y harían guardia aquellos legionarios que ellos se imaginan vestidos de verde, como los soñaron Goscinny y Uderzo.
Entre una pequeña iglesia y un prado convertido en campo de fútbol (más cuidado que alguno oficial), despedimos el verano a golpe de explicaciones históricas, batallitas y persecución de saltamontes. Pensando, los mayores, en cuánto aprenderían los críos si en los coles los sacaran una vez al mes a descubrir las huellas que otros dejaron aquí al lado.