Óscar Rosende, músico: «¿Yo tocando con la Sinfónica? Esto es más que un sueño hecho realidad»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

rosende
ANGEL MANSO

En junio presentará «Dire Straits Symphonic» en el Palacio de la Ópera

16 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Óscar Rosende (A Coruña, 1981) lleva años perfeccionando su técnica guitarrística para llegar a un punto en el que parece imposible distinguir si el que toca es él o el mismísimo Mark Knopfler. Un dominio del instrumento y del repertorio de Dire Straits que le lleva a buscar nuevos retos. De ahí sale Dire Straits Symphonic, la conjunción entre la banda de Rosende, Great Straits, y la Orquesta Sinfónica de Galicia bajo la batuta de José Trigueros, director adjunto de la Sinfónica, para llevar la música del grupo británico a otra dimensión. El resultado de tan ambiciosa apuesta lo podremos disfrutar el sábado 21 de junio, el Día de la Música, en el Palacio de la Ópera. Rosende no cabe en sí de emoción: «¿Yo tocando con la Sinfónica? ¿A dónde más puedo llegar con esto? Es más que un sueño hecho realidad», asegura.

—¿Esto no es algo que se prepare de la noche a la mañana?

—¡Desde luego! Viene de muy atrás. El primer contacto que tuve con la orquesta fue hace unos trece o catorce años. Pero ahí quedó la historia. Y después del 2019, cuando tuvo lugar la separación de mi anterior grupo, volvió la idea a coger fuerza y en septiembre del año pasado se lo volví a plantear. Me reuní con Andrés Lacasa, gerente de la OSG, y le expuse el proyecto que tenía en mente. Afortunadamente, el sí fue rotundo.

—Se le ve emocionado.

—Es que es un único concierto y un concierto único. Porque esto no se ha hecho nunca. Queremos hacer algo nuevo, un espectáculo con dos estilos distintos pero encajados. No un concierto de rock con una orquesta de fondo, sino un mismo sonido construido por todos juntos. La unión que va a haber en el escenario en términos musicales y de producción hace que nos planteemos todo como si fuera una banda nueva.

Y, sobre todo, hecho aquí, en Galicia. Que ya va siendo hora de romper complejos. No hay que ir a Madrid o Londres para hacer algo así, se puede hacer desde A Coruña.

—Adaptar esas canciones a una orquesta sinfónica no debe ser sencillo.

—Los arreglos los va a hacer Adrián Saavedra, uno de los pianistas de Great Straits. Ya tiene experiencia en proyectos de este calado, porque hizo los arreglos de los dos espectáculos sinfónicos de Abraham Cupeiro.

—Se van a unir dos públicos muy diferentes y van a tener que contentarlos a todos: usted tiene el reto de convencer a los seguidores de la Sinfónica y la Sinfónica a los suyos.

—Pero es algo precioso, porque precisamente le va a dar la oportunidad de descubrir la Sinfónica a un montón de gente, habituales del rock, que no se habían acercado a otras músicas. Y viceversa. No creo que salga nadie descontento.

—¿Tienen pensado el repertorio?

—Empezamos a trabajar en él el pasado mes de abril, así que ya está bastante perfilado. No voy a desvelar todo, pero hay canciones que tienen que estar: Romeo and Juliet, Sultans of swing, Brothers in arms, Telegraph road —que es mi favorita, porque con los quince minutos que dura hay un montón de pasajes diferentes—, o Private investigations, que es un tema que no tocamos con la banda y que la tenía en cierto modo reservada para esto. Son canciones que se prestan a ser arregladas para orquesta.

—¿Hay alguna que no se pueda adaptar al formato?

—Claro. Por ejemplo, Walk of life. No lo veo yo encajando en un concierto sinfónico. No daría para un arreglo muy lucido.

—Dice que es un concierto único, pero también un único concierto. ¿Tanto trabajo para una sola noche de gloria?

—No te voy a engañar, me encantaría que hubiese más conciertos. Pero se ha planteado así, como una oportunidad única. ¿Quién sabe? En redes sociales nos están preguntando si vamos a ir a Andalucía con el espectáculo. Pero es que tiene un punto bonito que sea así, exclusivo. Además, así sirve como excusa para que venga la gente a visitar la ciudad. Y, si se quedan unos días, para que alucinen con la noche de San Juan.

rosende
ANGEL MANSO

«Intentaré hacerle llegar a Mark Knopfler los arreglos sinfónicos de sus canciones»

Las entradas para el concierto de Dire Straits Symphonic ya están a la venta a través de Ataquilla y están volando: «Está yendo extraordinariamente bien. Nunca tuve un arranque como este en todos los años que llevo en la música. De hecho, hasta me llamó gente desde Almería para decirme que ya tenían las entradas», cuenta Rosende.

—¿Se acercaron los Dire Straits alguna vez al terreno sinfónico?

—Nunca hicieron nada semejante. Lo más cercano fue la gira de 1996, cuando vino Mark Knopfler a A Coruña ya en solitario. En algunos conciertos llevó un cuarteto de cuerda. Y en 1997 hubo un directo con varios artistas que se llamó Music for Montserrat, un tema benéfico de George Martin para una isla del Caribe donde tenía su estudio que había quedado sepultada por la lava de un volcán, en el que participaron Sting, Elton John, Paul McCartney o el propio Knopfler. Pues ahí hay un Brothers in arms con la Sinfónica de Londres. Es lo único que se hizo.

—¿Cree que le gustará la idea a Mark Knopfler?

—¡Espero que sí! Estuve en Londres en enero, en una subasta de Christie’s de guitarras de Mark Knopfler. Estaba él allí, se le veía algo mayor. Terminé cenando con el percusionista de su banda y desde he entonces he mantenido el contacto. Intentaré hacerle llegar los arreglos para que se los pase a Knopfler. Y, por supuesto, le invitaremos a que venga al concierto.

—Por lo demás, ¿cómo le está yendo con su banda?

—No hay queja, la verdad. Este año lo cerramos con 22 conciertos. No está nada mal, teniendo en cuenta que el pasado fueron diez y el anterior cinco. Y siempre llenando recintos. Está funcionando muy bien.