Hablan los usuarios del tren en A Coruña: «A veces hay que hacer malabares para conseguir billete»

Carlos Portolés
Carlos Portolés A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Marcos Miguez

Los estudiantes con bono cogen del tirón «todos los tiques posibles» para no quedarse sin ellos ante la alta demanda

15 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Miles de personas hacen uso cada día del servicio de trenes en A Coruña. En marcha está desde hace meses el proyecto de lo que será, según los planes, una estación intermodal de envergadura. Está claro que es esta una ciudad que, cada día más, apuesta por el tren como medio de transporte predilecto para ir y volver de los más diversos puntos de la geografía gallega.

Un paseo por la estación coruñesa confirma, además, que no hay demasiados sesgos en el perfil del viajante. Se encuentra uno, en jornada de diario, desde estudiantes dirección a (o retornando de) Santiago y otras ciudades hasta personas jubiladas que encuentran en el transporte público una vía para deshacerse de los engorros automovilísticos. Pero, ¿están contentos los usuarios del tren con el servicio? ¿Cómo utiliza el viajero medio este vehículo colectivo?

En los últimos tiempos se han intensificado las quejas de los viajantes por los continuos retrasos y las incidencias observadas tanto en las líneas de larga y media distancia como en las de cercanías (siendo estas primeras las que más percances han registrado). Tampoco sería justo, según algunos usuarios consultados, decir que está yendo todo generalmente a peor. Pero es evidente que el sistema actual muestra, cada vez más, grietas muy concretas y definidas. También en el caso coruñés. Las obras de la intermodal causarán un cierre temporal de la estación los próximos 21 y 22 de septiembre. Algo que afectará a muchas, muchas personas que tendrán que optar por el servicio alternativo de autobús, previsto para esas fechas, o la cancelación de sus traslados.

Por los testimonios recabados esta semana en San Cristóbal, la mayoría de los viajeros desconocen esa circunstancia. Hay que tener en cuenta que al producirse en fin de semana, ese parón afectará algo menos a los estudiantes (sí a los que se desplacen el domingo a Santiago) y a los trabajadores que usen el servicio de lunes a viernes. Tampoco los universitarios están sufriendo aquí el colapso que afectó el viernes a la estación compostelana.

 

Rosa Sánchez, usuaria del tren de A Coruña.
Rosa Sánchez, usuaria del tren de A Coruña. MARCOS MÍGUEZ

Aprobado para la estación

Rosa Sánchez es abuela y jubilada. Leva doce años yendo y viniendo desde Ourense hasta A Coruña casi todos los fines de semana para pasar tiempo con sus nietos. Se muestra satisfecha con el funcionamiento de los trenes y de la estación. También, quizás, porque ahora que vive una vida con menos prisas, el rato del trayecto adquiere los contornos de un ritual. Un paréntesis para actividades como la lectura. «Yo lo veo fantásticamente bien (el servicio de trenes). Me siento y aprovecho para leer mi libro», cuenta. En cuanto a los retrasos habitualmente referidos por los usuarios regulares del cercanías, ella opta por quitar hierro. «Raras veces he tenido retrasos. Una vez tuve uno de poco más de media hora, pero la verdad es que problemas no he tenido en general. No ha sido algo significativo. Yo el servicio lo veo igual que siempre». Es, además, una de las miles y miles de personas que se han beneficiado de la ayuda estatal que garantiza la gratuidad de los viajes en tren a todos aquellos que cumplen un cupo mínimo de viajes. 16 en tres meses. Ella los supera con holgura.

En la estación constituyen también una nutrida marabunta los jóvenes estudiantes. Recién salido de un tren proveniente de Santiago abordamos a Álvaro Fernández, de 22 años. Vive en A Coruña, donde cursa la carrera de INEF, pero los fines de semana baja en tren hasta Lugo para ver a su familia. Tampoco señala retrasos importantes. Su mayor queja es hacia la web: «El problema, más que el hecho de que haya o no plazas disponibles, es que la web va regular». No obstante, confiesa que lo de conseguir asiento también tiene su técnica. «Como yo uso el bono, cojo los billetes con bastante antelación. Compro del tirón tantos como sea posible. A veces hay que hacer malabares para conseguir los horarios que te interesan. Hay tanta demanda que te puedes quedar sin ellos. Pero de momento nunca he tenido que cancelar un viaje por no conseguir plaza», explica.

Álvaro Fernández, usuario del tren de A Coruña.
Álvaro Fernández, usuario del tren de A Coruña. MARCOS MÍGUEZ

Este bono que, por posibilitar el coste cero de los billetes, tan provechoso ha sido para los viajantes, dejará de expedirse —si no resuelve el Gobierno el alargamiento de los plazos— el próximo enero. Algo potencialmente muy fastidioso para miles de ciudadanos. «El bono es muy cómodo. Pagas 20 euros, haces los viajes mínimos y luego te devuelven el dinero. Sin esta ayuda, me podría estar dejando 80 euros al mes, o incluso más, solo en trenes», opina Álvaro.

Interrogamos también a estos viajeros reincidentes acerca de otras estaciones. Sobre todo, por saber si A Coruña queda a la vanguardia de Galicia o rezagada respecto al resto de poblaciones. Las opiniones nos sitúan, en general, en un punto intermedio. Ni mucho mejor ni mucho peor que las otras grandes urbes. «En otras estaciones, como la de Monforte, he tenido algún problema de retrasos. Pero A Coruña yo creo que está bien. Más o menos al mismo nivel que otras estaciones grandes», apunta Álvaro.

Otro estudiante, Daniel Maño, que vive en la zona de Muros y está sentado esperando la llegada de su tren, va incluso un poco más allá. «Yo también he cogido trenes en Santiago y, en comparación, la estación de A Coruña me parece bastante mejor. Aquí lo veo todo más claro y organizado», perfila.

Los usuarios no acusan desmejoras graves y los retrasos se concentran, sobre todo, en los trayectos de larga distancia.