Se cumple el pronóstico: las carabelas portuguesas llegaron a la playa de Riazor, en A Coruña

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Una carabela portuguesa
Una carabela portuguesa Cedida

Fuentes municipales indican que se trataron de cinco ejemplares que fueron retirados este martes a última hora

21 ago 2024 . Actualizado a las 10:50 h.

Era cuestión de tiempo. Tras dos meses de verano sin su presencia en los arenales del área metropolitana de A Coruña, las carabelas portuguesas llegaron este martes a última hora de la tarde a una playa de A Coruña. Desde el Ayuntamiento confirman que se localizaron «cinco ejemplares en la playa de Riazor» y que fueron ya retiradas por los trabajadores municipales. Cuando se produce esta llegada de medusas, el gobierno local recuerda que es muy importante que los usuarios «estén atentos a las indicaciones del personal de salvamento: bandera roja y megafonía, por si se prohíbe el baño. Es el mismo protocolo que el año pasado». El personal de Seguridade Cidadá y Medio Ambiente ya está coordinados para actuar ante posibles nuevos episodios.

Otros testigos también sostienen que se retiraron medusas en el arenal de Matadero, aunque desde el ejecutivo municipal no tienen constancia de esta intervención.

Este martes al mediodía, el marinero coruñés Xosé Iglesias ya advertía de lo que iba a ocurrir. Avistó varios ejemplares de carabelas portuguesas próximos a O Portiño y la playa de Riazor. A lo largo del mes de agosto se detectó la presencia de estos ejemplares en municipios de la costa da Morte y en la zona de Ferrol. «Tres, sigo navegando, catro. Outra alí... Moito coidado bañistas das praias coruñesas. Estas están por fóra do Portiño», avanzaba en un primer momento el también poeta. Poco después, se encontró con más medusas próximas a los arenales del centro: «Aí está a praia de Riazor e aquí o que vedes amigos é unha carabela portuguesa. Seguramente acabarán esta tarde na praia porque vai entrar vento do nordés».

¿A qué se debe su presencia en la costa gallega?

Las carabelas son fundamentalmente especies de mar abierto, menos comunes en las costas, y que sobre todo habitan en aguas tropicales y subtropicales, aunque en los últimos años se han dejado ver también en las costas mediterráneas. Hay varios factores que explican su presencia en Galicia.

En primer lugar, los vientos y las corrientes a través de los que se guía la especie. Como explicaba la investigadora Eva Velasco a La Voz, «el debilitamiento del anticiclón de las Azores favorece que el viento sea del sur, lo que hace que el aire sople de mar hacia tierra», lo que ayuda a que las especies lleguen a la costa gallega. A ello se suma la temperatura del mar. «Las aguas están mucho más cálidas de lo normal tanto en la costa atlántica como en el litoral cantábrico», aclaraba la científica del Instituto Oceanográfico de Vigo sobre esta condición, que crea «un ambiente muy favorable para quedarse».

Además, también influye la falta de depredadores, ya que «solamente las tortugas se alimenta de ellas y su población tampoco es que esté pasando por el mejor momento», reconocía Velasco.

¿Las carabelas son medusas?

Aunque mucha gente lo piensa, en realidad no son medusas, sino que pertenecen a la especie de los cnidarios, y están emparentadas con las anémonas y los corales.

Según explica Eva Velasco, se trata de una especie muy compleja, ya que cada individuo es, en realidad, la suma de millones de microorganismos que se agrupan y adquieren esa forma vistosa. Por encima del agua tienen esa cavidad con forma de flotador, que le permite navegar, y por debajo están «los gastrozoides, que se encargan de la alimentación; los gonozoides, que se ocupan de la reproducción, y los dactilozoides, que son los tentáculos que sirven para cazar y defenderse, los que nos pican», aclara.

Cada tentáculo puede llegar a medir unos 20 metros y contiene más de un millón de células urticantes por centímetro, que se disparan y se clavan en su presa con un simple contacto. «Son como arponazos que se inyectan en la piel con millones de células urticantes», subraya Velasco, que explica que el dolor es mucho mayor que el de una medusa, y que puede llegar a ser mortal en caso de patología previa o alergia.

¿Qué hacer si nos cruzamos con una?

Por supuesto, lo principal es alejarse de la criatura y evitar tocarla. Pero, en caso de que, por cualquier razón, hayamos entrado en contacto con una carabela portuguesa, José Antonio Álvarez, responsable del servicio municipal de Emerxencias de O Grove, explicaba a La Voz cuáles serían los pasos a seguir.

En primer lugar, es importante que nunca se ha de usar agua dulce para limpiar la herida, ya que esta serviría para activar la toxina que inocula la carabela. Tampoco se debe frotar y, como mucho, se podría acercar una bolsa o un paño con hielo.

A continuación, habría que acudir al socorrista de la playa, si es que hay ese servicio. En caso contrario, si las picaduras son pequeñas, se puede utilizar una pinza o una tarjeta de crédito para retirar los filamentos que la carabela haya dejado adheridos a nuestra piel.

Si las picaduras son más graves, el experto recomienda no perder tiempo y acudir cuanto antes al centro de salud más cercano. Allí, en atención primaria, podrán darnos, si fuera preciso, un antihistamínico, corticoides o un calmante si es que persiste el dolor.