Ariel Rot: «Los creyentes leen la Biblia todos los días, Los Rodríguez íbamos al local de ensayo»

Lucía Casal Méxigos / R. D. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

El cantante argentino Ariel Rot durante uno de sus conciertos.
El cantante argentino Ariel Rot durante uno de sus conciertos. Cedida

El cantante argentino actuará el próximo martes día 13 en la plaza de María Pita

13 ago 2024 . Actualizado a las 12:08 h.

Madrid vio nacer a Tequila y a Los Rodríguez, pero nada de eso sería posible si no acogiese primero al argentino Ariel Rot (Buenos Aires, 1960). El cantante, que protagonizó éxitos como Salta!! o Mucho mejor, tocará de manera gratuita este 13 de agosto a las 22.00 horas en la plaza de María Pita. Ariel asegura que actuar en A Coruña le ha provocado «un subidón», y promete un concierto «rockero y atemporal».

—Ariel, hoy le toca responder a unas preguntas, aunque con un padre periodista y experiencia como presentador estará acostumbrado.

—Bueno, tuve que acostumbrarme, no te creas que no me costó al principio; digamos que no es mi especialidad [se ríe]. Soy un periodista infiltrado. Contestando entrevistas, después de tantas hechas, ya es natural que me sea fácil.

—¿En qué está trabajando ahora tras su último disco, en el 2016? 

—¡Tienes la sospecha de que soy un tío vago! [se ríe]. El programa Un país para escucharlo fue un trabajo súper duro, seguramente lo más intenso que he hecho en mi vida. Nunca había funcionado con horarios ni con jornadas tan largas durante tanto tiempo. El ritmo de la música siempre es más relajado; tiene sus momentos, pero no son dos meses y medio o tres trabajando todos los días con una agenda. Ahora estoy disfrutando del verano y preparando los shows de verano, pero bueno, a un ritmo de velocidad de crucero digamos.

—Toca el día 13 en A Coruña, ¿recuerda su primera vez en Galicia?

—Yo creo que la primera vez que fui a Galicia fue hace 45 años más o menos. Con Tequila y Los Rodríguez estuve varias veces, y es un sitio con el que tengo mucha conexión; tengo amigos gallegos, ayer, de hecho, me encontré por la calle con Xoel López y nos entretuvimos charlando un buen rato. Galicia es un sitio muy rockero donde siempre fuimos muy bien bienvenidos, así que todos mis recuerdos son buenos. La última vez fue en el club Garufa el año pasado y fue el concierto que más rápido completó aforo de toda mi vida.

—El Garufa es una sala muy conocida en la ciudad.

—Sí, aquella fue una gira en recintos pequeños. Creo que es muy importante seguir tocando en salas y apoyándolas porque es ahí donde realmente se cuece la materia esencial de una banda. En las salas es donde realmente nos hacemos y aprendemos, y no hay que abandonar esos formatos; tener al público tan cerca siempre es especial.

—Las salas pequeñas son la escuela de la música.

—Curtirse en las salas, en recintos pequeños, hacen que cuando vayas al escenario grande toques de otra manera y sigas teniendo ese espíritu de improvisación, de no asustarte y de no tener todo automatizado, sino de dejar que las cosas sucedan.

—Hablando ahora de sus comienzos: ¿Qué echa de menos de tocar con Tequila o Los Rodríguez?

—Añoro muchas cosas. Echo de menos esa especie de dinámica de tener un grupo, que en aquella época era distinto; ahora las bandas preparan las giras y luego no siguen tocando. Nosotros íbamos religiosamente a ensayar todos los días, tuviésemos conciertos o no. Para mí eso era la esencia del grupo: el local de ensayo. Los creyentes leen la Biblia todos los días, nosotros íbamos al local. También echo en falta los vínculos tan intensos que se crean dentro de la música.

—Ahora tiene una carrera en solitario.

—A pesar de que no somos una banda con nombre, sí que estoy acompañado de músicos con los que llevo tocando intermitentemente desde hace 25 años, entonces también se crea esa complicidad. Esos tipos me conocen prácticamente más que mi familia, y yo a ellos igual. Durante los viajes, en los desayunos, en las noches, en los camerinos, arriba del escenario... Ahí es donde uno se muestra como realmente es y donde se confiesa más abiertamente. Es un tipo de relación que no tiene nombre, pero es un vínculo muy poderoso que creas con esos amigos con los que viajas y tocas.

—Después de tantas horas, los músicos se convierten en su segunda familia.

—La verdad es que me divierte subir al escenario, pero me lo paso bien desde el momento que salgo de casa. No te voy a decir que todo es fabuloso, porque eso sería para redes sociales, no para un periódico [se ríe]. Hay momentos aburridos o de tensión por lo que sea, pero en la vida siempre los ha habido.

—Los problemas con su voz siempre le han perseguido, ¿cómo lo lleva ahora y cómo se prepara para sus conciertos?

—Lo llevo muy bien. Lo que más hago es escuchar los conciertos, soy bastante friki con eso. Otra cosa que hacíamos con Los Rodríguez era escuchar cada actuación en la furgoneta cuando nos íbamos a casa o al siguiente concierto, y ese es el mejor aprendizaje. A veces uno tiene una idea equivocada de lo que está pasando en el escenario, para bien o para mal, pero al escucharlo después de varios días es cuando realmente ves los fallos. Yo reviso mis conciertos, voy a determinadas canciones a comprobar si realmente he encontrado una manera mejor de cantarla y creo que es fundamental. Por otro lado, la voz es un instrumento muy misterioso; tuve que desentrañar yo mismo ese misterio con técnica y con clases y profesores. 

—¿Afectaba a Los Rodríguez el hecho de ver sus propios fallos de camino a otro concierto?

—En general disfrutábamos bastante, entiendo que puede haber distintos motivos por los que no quieres escuchar tus conciertos, como pensar “para qué lo voy a escuchar si ya lo escuché mientras lo hacía”. Pero no, es completamente al revés, cuando veo algo que no me acaba de convencer, estoy deseando que llegue otro concierto para poder mejorarlo, soy así de friki. Tú tienes tu escala de valores, hasta dónde quieres llegar y qué es lo que buscas; es un compromiso con uno mismo.

—¿Qué puede esperar el público del concierto del día 13, habrá un poquito de Tequila y Los Rodríguez?

—Va a ser un concierto bastante rockero y atemporal. Tocaremos temas que por momentos nos meterán en un túnel del tiempo, pero las versiones están muy mejoradas, porque cada día tocamos y cantamos mejor.

—Y a nivel personal, ¿qué espera Ariel Rot?

—Cuando me enteré de que teníamos este concierto en la plaza de María Pita, fue una de las actuaciones que más ilusión me hizo de este verano. Que me llamen para tocar me ha hecho muchísima ilusión y me ha dado un subidón, así que estoy encantado de tener esta fecha, que para mí es muy importante.