La entidad vecinal alerta del «tremendo impacto visual» que causarán. El plan prevé mil viviendas y zonas verdes
07 ago 2024 . Actualizado a las 18:50 h.El convenio urbanístico que cerraron recientemente el Ayuntamiento y la junta de compensación del API AQ-28, que abarca las inmediaciones del parque de Oza en su zona superior y parte de O Castrillón, prevé la creación de un millar de viviendas en seis parcelas de este ámbito.
Una décima parte de ellas se reservarán para pisos de protección oficial, como anunció esta semana el gobierno local. El convenio, así como el plan especial al que se incorporará, deberán ser ratificados todavía por el pleno, pero la información trascendida puso en alerta a la asociación de vecinos O Castrillón-Urbanización Soto IAR.
El área objeto de este desarrollo abarca seis espacios repartidos entre las calles Montes, Antonio Ríos, Castrillón, Montes, Carballo y las avenidas de Casanova de Eirís y de la Concordia, además de la ronda de Outeiro.
«No descartamos ninguna actuación una vez que conozcamos el convenio, así como el reparto de las edificaciones y las zonas verdes», explica el presidente de la agrupación vecinal, Ramiro Otero.
La asociación mantendrá una reunión en septiembre con el concejal de Urbanismo, Francisco Díaz, para conocer los detalles de esta iniciativa. «Hay mucha preocupación. Queremos conocer el proyecto definitivo y cómo se van a dar los pasos para llevar a cabo esa construcción y lo que va a significar para los servicios públicos, que se tendrán que incrementar», advierte.
A la espera de que les informen con detalle del proyecto, trasladan aspectos sobre los que se muestran favorables y otros que les generan rechazo. Entre estos últimos destacan que el porcentaje de vivienda protegida sea del 10 % y no del 30 %.
«La vivienda social es necesaria por la situación que hay, todo el mundo sabe cómo están los pisos, por lo que es muy necesaria», asegura.
De mayor altura es el problema del «tremendo impacto visual» que generarían las tres torres de 17 plantas incluidas en el plan. Estas se ubicarían en las inmediaciones del complejo deportivo y, los vecinos de O Castrillón, lamentan que «se van a ver desde Cuatro Caminos».
«Entendemos que la imagen que se va a dar no es buena porque también va a ser sombrío para la zona, es una diferencia sustancial con las alturas que hay ahora en el entorno», destaca Otero.
Además de discrepar sobre el número de plantas que se podrían construir, una de sus principales preocupaciones radica en que la unidad urbanística «no cumple con los niveles de edificabilidad de la legislación urbanística actual».
Dudas sobre espacios verdes
Otros asuntos que generan «dudas» a la asociación vecinal hacen referencia a cuestiones como el propio texto del convenio entre el Ayuntamiento y la junta de compensación, la conexión entre los dos tramos de la avenida de la Concordia que quedarán divididos por el proyecto y la concreción de determinados espacios públicos.
«Queremos saber cómo va a quedar el tema de los espacios verdes, cuáles se van a mantener y cómo se van a construir», puntualiza. También quieren saber qué es lo que va a suceder con una parcela de 6.000 metros cuadrados de superficie que iba a ser un parque.
Iniciativas positivas
La preocupación que existe entre los miembros de la agrupación vecinal se contrarresta en cierta medida con algunos aspectos sobre los que se muestran favorables, como la recuperación de la antigua casa del Ayuntamiento de Oza, la conexión con elementos mecánicos al final de la avenida Casanova de Eirís, el itinerario entre los parques de Oza y Eirís.
La existencia de distintas tipologías de viviendas y la prioridad para los peatones en los espacios públicos, así como la ampliación de las zonas verdes del barrio, son algunos aspectos con los que están de acuerdo.
Los patios de manzana abiertos con soportales, los espacios comunes y las zonas de coworking previstas son otros de los asuntos que ven positivos.
Las alturas también fueron motivo de queja en As Percebeiras y en Visma
El rechazo vecinal a las propuestas urbanísticas con edificios de gran altura no es exclusiva en los últimos años de O Castrillón. En el proyecto de desarrollo de Visma, en el que se levantarán 3.600 viviendas, la agrupación vecinal de O Ventorrillo trasladó su preocupación a los promotores por los inmuebles en los que se preveían 19 plantas, que finalmente se quedarán en 16. En el caso de As Percebeiras, el proyecto inicial proponía construir un rascacielos de 180 metros y 47 alturas, que posteriormente cambió por edificios de 16, 13, 11 y 9 alturas. En este caso, de nuevo fue el rechazo de los vecinos de la zona uno de los motivos que llevó a los promotores a reconfigurar su propuesta urbanística.