Pilar Mayor: «Yo entiendo que los trabajadores tengan sus derechos, pero esto ya atenta contra la salud pública»

María Rey / R. D. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Sara Toja

La comerciante de la calle Orillamar, en un intento por no empeorar el estado de las calles de A Coruña, guardó los residuos en su casa hasta que le fue imposible

31 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegan a A Coruña los días tardíos de calor. Aunque muchos echaran de menos el tiempo de verano, lo cierto es que las temperaturas frescas fueron positivas en relación a la huelga de basura, evitando la proliferación de moscas y los malos olores. Ahora, sin embargo, esta situación está cambiando. En la calle Orillamar, donde varios vecinos reportaron ver ratas merodeando por los contenedores, una comerciante de la zona se queja: «Desde antes del San Juan se empezó a acumular la basura en esta calle. En el establecimiento nunca teníamos la puerta cerrada, pero es que aún hoy nos entró un moscón enorme y negro. Y el olor también es insoportable, más ahora que vienen días de calor», comenta Pilar Mayor.

La respuesta que obtuvo al llamar al 010 fue siempre la misma: «Tomaremos nota». Pilar comprende que «son funcionarias o personas contratadas que tienen esa misión, también podría ser yo. Al fin y al cabo estás ahí y tienes que aguantar. Y yo alguna vez le dije, “mira, yo entiendo que para vosotros es cansado, aburrido y todo lo que queráis, pero tenéis que transmitirlo”», comenta. Pero duda que estas quejas hayan ido más allá.

«Tengo la primera llamada al ayuntamiento a finales de mayo o principios de junio. Y aún no había empezado la huelga oficialmente», declara. Tras sus infructuosos esfuerzos, dejó de llamar. Incluso, explica, llamó con motivo de la quema de varios contenedores, pero el resultado fue el mismo. «Antes de que se declarara la huelga llamé como diez o quince veces, pero allí nadie hacía nada. Y después ya, digamos que fue como la huelga declarada. Eso a lo mejor era huelga encubierta, no lo sé», se pregunta.

Debido a la conciencia social y medioambiental de Pilar, ella intentó evitar bajar su basura a la calle. «yo tuve los residuos en mi casa hasta hace poco, porque no quería amontonarlo en la calle y seguir acumulando y acumulando», declara. Su motivación no es apoyar la huelga, pese a que «entiendo los derechos de los trabajadores. No los conozco, no sé cuál es su problemática, pero entiendo y defiendo los derechos de los trabajadores». Realmente, explica, «yo no bajaba mi basura porque no quería colaborar a la insalubridad de la ciudad. Y la tuve en casa hasta que llegó un momento que fue imposible. La metía en varias bolsas, las cerraba muy bien. La mantuve hasta que hace poco dije “bueno, no me queda nada más que bajarla”».

Otra problemática que percibe Pilar es que «encima la gente aprovecha la situación y tira colchones y muchísima porquería. Es que a mí me parece una falta de conciencia absoluta». Aboga por colaborar entre todos en beneficio de la comunidad. Concluye diciendo que «yo considero que no se puede mantener esta situación. Yo entiendo que los trabajadores tengan sus derechos, pero esto ya atenta contra la salud pública».