La madre de acogida de Ritale: «Es una despedida feliz porque ahora puede disfrutar de la vida con su familia»

Noemí López / A. G. A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

La pequeña Ritale en el aeropuerto antes de macharse con Carmen y Belisario (sus padres de acogida), David (el voluntario que vuela con ella) y Raul (delegado en Galicia de Fundación Tierra de hombres).
La pequeña Ritale en el aeropuerto antes de macharse con Carmen y Belisario (sus padres de acogida), David (el voluntario que vuela con ella) y Raul (delegado en Galicia de Fundación Tierra de hombres). Cedida

La niña de apenas dos años de edad sufría una grave cardiopatía que le operaron en el hospital materno infantil Teresa Herrera

24 jul 2024 . Actualizado a las 13:04 h.

Ritale es una niña togolesa de 2 años que padecía una grave cardiopatía. Tras ser tratada en el hospital materno infantil Teresa Herrera, en A Coruña, y después de dos meses de estancia en la ciudad, se encuentra ya recuperada y emprende el camino de vuelta a su hogar. El programa de salud Viaje hacia la Vida, llevado a cabo por la Fundación Tierra de Hombres, ha sido el medio que brindó la oportunidad de tratar su problema, tener un futuro y volver curada junto a su familia.

Su familia de acogida en A Coruña fueron Carmen y Belisario. Esta pareja y sus hijos, Xoel y Uxía, son ya veteranos en esta experiencia, puesto que han acogido a más de 20 niños que venían a A Coruña a realizar alguna intervención cardiovascular. De hecho, para Carmen son ya sus hijos. Intentando recordar el origen de su colaboración con la iniciativa, menciona: «Ya ni me acuerdo de cómo conocí la fundación. Fue hace tantos años, igual en el 2007 o 2008». Pero sí tiene muy claro el mensaje que trasladar sobre su experiencia en todos estos años: «me encantaría que más gente se animase a colaborar con ellos. Es un proyecto bueno para todos, permite salvar vidas y es una experiencia maravillosa», sostiene. Uxía y Xoel comparten el punto de vista de su progenitora, según comenta ella: «Ambos son ya mayores, pero son conscientes de que haber vivido esa experiencia fue muy enriquecedor».

Desde la fundación trasladan su agradecimiento a los voluntarios que, «de forma altruista y dedicando un tiempo importante, acompañan a estos niños en el hospital para que estén cuidados las 24 horas del día, con una dedicación que facilita su adaptación al Materno y sobre todo les hacen mucho más fácil los momentos que se pasan antes y después de las intervenciones, que son complicadas y difíciles para cualquier persona». El agradecimiento lo amplían también a los equipos médicos y de enfermería, que además de por su gran profesionalidad, destacan por la «ternura y cariño que muchas veces desde fuera de los centros hospitalarios no apreciamos», resaltan.

Dos meses en buenas manos

La madre de acogida también menciona que «tras años colaborando con esta iniciativa, solo puedo hablar maravillas del personal del hospital». Su alta cualificación en áreas como la cirugía y cardiopatía infantil, en muchos casos enfrentándose a intervenciones muy complejas, hacen posible que niñas como Ritale que llegó con una cardiopatía difícil y complicada, en poco más de 2 meses pueda regresar a su país totalmente recuperada. De la misma forma que hicieron con Précieux y Aldoris, los últimos niños tratados en Galicia.

Desde la Fundación también recuerdan a Carmen Castaño, coordinadora e impulsora en Galicia del proyecto Viaje hacia la Vida, que «hasta el último momento estuvo ahí, y que seguro ha estado entre nosotros con Ritale», según menciona la entidad, siendo esta la primera niña que es tratada desde que falleció la organizadora. Ritale es una niña que ha cautivado a todo el hospital: Equipos médicos, UCI, planta de preescolar, unidad de cardiología infantil... además de a su familia de acogida, que resaltaba «su simpatía y lo mimosa que es». Por ello, ha sido una despedida alegre al ver a Ritale regresar ya recuperada a su país, con su familia, su cultura y sus raíces. «Ese es nuestro fin, aunque nos gustaría que no fuéramos necesarios» compartía la Fundación Tierra de Hombres.

La pequeña regresa a su hogar con David Quintana, voluntario de ASF Aviación Sin Fronteras. Un viaje posible gracias al acuerdo de colaboración entre Fundación Tierra de Hombres España y La Chaîne de l'Espoir (organización que trabaja en países del terreno y permite el traslado a España de niños que padecen diversas patologías cardíacas). Carmen afirmó que la despedida «siempre cuesta. Aunque tenemos claro a qué viene. Los niños como ella vienen porque tienen una familia que los quiere y se ponen en contacto con la Fundación para que estén bien. Unos padres y hermanos de los que ahora puede disfrutar».