Cartal y Fénix (A Coruña): un templo del menú del día y las carnes a la brasa de alto nivel

Quizá sea demasiado aventurar (o no) asegurar que son muchos los coruñeses que desconocen que hay un mercado de frutas y verduras en la ciudad lleno de actividad desde primera hora del día. Quienes no lo sepan, menos sabrán que comparte espacio con Cartal y Fénix, un restaurante donde la vorágine de platos que entran y salen de la cocina cada mediodía resulta vertiginosa. «Entre las 13.00 y las 16.00 horas servimos a más de doscientas personas. Tenemos a tres personas en cocina y siete en sala. Es un no parar», asegura Slavic Bat, un moldavo afincado desde hace más de veinte años en A Coruña y que ha hecho de su negocio uno de los templos del menú del día en la ciudad. «Llegué con otros tres compañeros por locuras propias de la edad. Primero monté el Cartal en Os Castros y poco después y en la misma calle, el Fénix. Hace nueve años que estamos aquí y junté el nombre de los dos negocios anteriores», resume sobre su periplo laboral. 

Por 13 euros, uno puede elegir en el menú del día entre seis primeros y otros tantos segundos. Son platos sencillos, abundantes, cuidados y resultones. Ahí tiene cabida desde un salteado de champiñones o una deliciosa fabada a un jugoso pollo al horno, una chuleta a la brasa o un guiso de calamares, almejas y patatas que sorprende por su logrado sabor. «Todos los días son diferentes. Lo que ofrecemos hoy no tiene nada que ver con lo que servimos ayer. Dos veces a la semana, los jueves y los domingos tenemos callos y es raro ver una comanda en la que no los pidan. Incluso viene gente a cogerlos para llevar», asegura con orgullo. «Yo les compro materia prima de calidad y las cocineras son las que deciden qué preparar. Hacen magia en los fogones», añade entre risas.

Al margen del menú del día cuentan con una carta llena de propuestas que siguen esa misma línea de hacer disfrutar al paladar desde la sencillez. Un ejemplo son las gambas al ajillo —«son colas de gambones y las pelamos a mano una a una», precisa Slavic—, el pulpo á feira o el bacalao, que preparan a la plancha o a la gallega. El salteado de la casa, con calamares, chipirones, gambones y pulpo acompañados de patata cocida, es un acierto. Los devotos de la carne podrán elegir entre diversos cortes de vaca y buey con diferentes maduraciones que se preparan al calor de la brasa y pueden terminarse al gusto en la mesa en una plancha. «Dependiendo del día puede haber chuletas de ternera suprema, vaca de más de 40 días de maduración, chuletones… y el churrasco nunca falla», comenta. Si alguien tiene hueco todavía para el postre, tanto el flan de queso como la tarta de la abuela, ambos caseros, no defraudarán a los golosos.  

---

---

---