«Pierdo clientes. La gente se cambia de acera para no pasar junto a los contenedores», lamentan los vecinos de A Coruña

Lucía Casal Méxigos / A.A. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

La basura se acumula delante de algunos locales
La basura se acumula delante de algunos locales L.C.M

La basura, que se amontona en las calles desde San Xoán, desespera a los ciudadanos por el mal olor que genera

05 jul 2024 . Actualizado a las 23:29 h.

Los vecinos de A Coruña están sufriendo de primera mano las consecuencias de la huelga de basura, que se inició tras las fiestas de San Xoán. Los residuos, apelotonados en los contenedores, generan mal olor y desagradan a los transeúntes, que confiesan «sentir vergüenza a la hora de sacar las bolsas de basura».

Liana, empleada de la Panadería Grela, asegura que los clientes se encuentran muy molestos por la situación: «Recibo muchas quejas relacionadas con el servicio mínimo de la basura, la gente dice incluso que está dispuesta a no pagar los impuestos si la situación se prolonga». Menciona además que su pareja, con discapacidad motora, tiene serias dificultades para desplazarse por la ciudad debido a los residuos. María, compradora habitual del local asegura que «casi no se puede ni salir del portal» por la cantidad de desperdicios que se acumulan en la calle. 

Francisco Javier, David y César, que conversan en la terraza de uno de los bares de la zona, entienden que se convoquen huelgas, y exigen medidas al Ayuntamiento: «Debería declararse la emergencia sanitaria», afirman, y alertan además sobre la posibilidad de que aparezcan ratas, algo que ya ha sucedido en varias zonas de la ciudad. Aseguran también que las gaviotas «destrozan las bolsas de basura y esparcen los desechos por la ciudad».

Por su parte, Natalia, dependienta de la tienda de productos frescos Queinaga, relata que cierra la puerta del negocio para evitar los malos olores, hecho que repercute en la clientela, que es más reacia a entrar en el local. «La gente llega incluso a cambiarse de acera para no pasar al lado de los contenedores», afirma.

La huelga comienza a perjudicar la rutina de los vecinos, forzándolos a encontrar sus propias soluciones al problema.