Regresa el conflicto a Pérez Ardá: «Fue archivarse la querella y volver el trasiego de toxicómanos. Tenemos miedo»
A CORUÑA CIUDAD
Los vecinos presentaron en la Policía Nacional varias denuncias por recibir amenazas como: «Te voy a incendiar el edificio»
30 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La querella que presentó la comunidad de vecinos de Alcalde Pérez Ardá, número 14, el pasado 4 de abril en los juzgados de A Coruña surtió efecto. El vecino conflictivo del tercer piso, P. V., un toxicómano en el callejón de la rehabilitación, puso fin entonces con el trasiego de individuos ajenos a la finca que hacían ruido, rompían cristales del portal y amenazaban a los vecinos. Sin embargo, el conflicto se ha reavivado esta semana. «El gestor me llamó el martes a las once de la mañana y me dijo que se archivó la querella. Desde entonces hemos vuelto a notar el trasiego de toxicómanos», asegura Virgilio G. Gómez, presidente del bloque.
Esta situación la confirma Cristina, que la sufre desde el piso inferior al vecino problemático. «Desde que nos avisó la gestoría, a las veinticuatro horas empezó otra vez el movimiento. El miércoles solo pude dormir dos horas. Los ruidos se oían en todo el edificio. Era algo insoportable, parecía que se pegaban entre ellos o que estaban tirando los muebles de la casa, se amenazaban», afirma.
Los problemas en Pérez Ardá estallaron durante el mes de marzo, cuando P. V. comenzó a permitir el ir y venir de drogodependientes a su vivienda. Situación que la comunidad combatió con guardias a turnos entre vecinos en el portal y con una acción por la vía judicial. «Desde hace unos meses se observa cómo numerosas personas acceden al edificio para ir a su propiedad. Estas personas son, sin duda, drogodependientes que mantienen actitudes violentas y peligrosas para los vecinos del inmueble», recoge el burofax que P. V. recibió en abril.
Esta presión vecinal y la misiva fue efectiva y el vecino problemático cesó con la actitud indeseada. Sin embargo, la tregua solo ha durado tres meses. Y la vuelta al conflicto se ha materializado de una manera más agresiva. Virgilio asegura que en los últimos días las amenazas se han ido repitiendo e incrementando. «El viernes por la tarde tuvimos otro follón porque vino un grupo de ellos a insultarnos y amenazarnos, una chica nos dijo que nos iba a rajar». «Mi hija no se atrevía a salir de casa porque desde arriba se oían chillidos, como si fuera una pelea. Entonces me llamó porque no se atrevía a bajar, tiene mucho miedo», cuenta, por su parte, Cristina.
Este temor se ha extendido al resto de residentes del edificio: «Hemos notado que vienen más resabiados y nos amenazan, ayer les cogimos miedo», dice el presidente de la comunidad, que también relaciona el regreso de los visitantes indeseados al bloque por el desalojo del edificio okupa de la Ronda de Nelle, que tuvo el lugar la semana pasada a causa de un incendio. El inmueble fue tapiado el 21 de junio y algunos de sus residentes se marcharon al parque de Santa Margarita, espacio del que también fueron expulsados.
Lo que sí confirmaron fuentes cercanas desalojo del piso okupa de la calle Adelaida Muro, que tuvo lugar el pasado mes de noviembre, es que alguno de sus visitantes comenzaron a frecuentar la tercera plaza de Pérez Ardá.
«Te voy a cortar el cuello, te voy a rajar, te voy a incendiar el edificio o te voy a matar». Esas amenazas corresponden a la denuncia presentada el sábado por varios vecinos en la comisaría de Lonzas. Los agentes de la Policía Nacional aconsejaron a los querellantes de Pérez Ardá que presenten una denuncia cada vez que tengan un altercado.
No es la primera vez que tienen lugar sucesos como las del viernes. «Al final vamos a venir con cuchillos», fue lo que espetó uno de ellos a un vecino que trataba de razonar con el grupo el pasado mes de abril. Un nivel de agresividad que llevó a José Corredoira, administrador de la finca, a llevar a cabo una acción legal doble, por la vía penal y civil. Presentaron una querella por los delitos que se están cometiendo en el edificio y una demanda de cesación, que establece la ley de propiedad horizontal, para intentar expulsar del piso al propietario que está causando todos estos problemas. Sin embargo, no han conseguido nada.
El principal escollo de la situación en Pérez Ardá es que no es un caso de okupación. «El piso está pagado», dijo P. V. a La Voz en marzo. La vivienda era de su madre y los propietarios son sus sobrinos, pero él es el usufructuario. El presidente de la comunidad explica, además, que P. V. está al corriente de pago, tiene la mensualidad domiciliada. Él también confirmó a este medio que recibe el ingreso mínimo vital.
El próximo paso que van a llevar a cabo los vecinos es «seguir presentando denuncias en la policía a ver si un juez abre una investigación». Valoran volver al sistema de guardias en el portal para evitar que ninguna persona ajena al bloque acceda a la tercera planta. Y van a sustituir la puerta de acceso al edifico por una de mayor seguridad.