Si la burbuja del 23 de junio en A Coruña no estalla antes, habrá que contratar a una empresa para las reservas
26 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.No es lo mismo una calle de bares que una calle con bares. La mía es de las segundas. Y el día 23, los bares de mi calle decidieron que lo mejor era montar una verbena. Cada uno, la suya: había música en directo con los mejores éxitos de ahora y siempre, y música enlatada con un toque electrónico en la acera de enfrente. A las seis de la tarde lo mismo sonaba Rafaella que Aitana, una bachata o un chunda chunda indefinido. Sonaba en la calle y en cada una de las habitaciones de mi casa, cerrada a cal y canto porque desde el mediodía chisporroteaban las sardinas en las improvisadas parrillas de las aceras. Aunque nada estaba improvisado, claro. Una semana antes, en el jardincillo de la calle se acumulaban unos palés que resultaron ser la base del escenario del concierto. Y por supuesto, aquel despliegue de mesas, sillas y barras no estaba organizado de un día para otro. El que alquila todo este mobiliario verbenero, aquí hace su agosto. ¿Cuántas sillas de más se habrán puesto en las aceras y calles de la ciudad este domingo? ¿Tantas como permisos se habrán pedido al Ayuntamiento para expandir las terrazas por toda la zona?
Mi calle no es una calle de bares. Es una calle con bares, y me cuenta una vecina que en uno de ellos reservó una mesa para cenar este domingo ¡hace tres meses! Si la burbuja de San Xoán no estalla antes, van a acabar contratando a Ticketmaster para las reservas. Para las de hostelería y para la parcelaria de la playa. ¿Se imaginan? Una cola virtual para acceder al registro de un pedacito de arena en Riazor, otra para conseguir una sardina en la plaza José Sellier, otra para saltar la hoguera del barrio. Por supuesto, ninguna para recoger la basura en la playa a la mañana siguiente. Esa se recoge sola.