Un instituto de A Coruña, al rescate del huérfano de Mauthausen: Zalaeta adopta a Clemente Juan de la Cruz

Mila Méndez Otero
Mila Méndez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

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MARCOS MÍGUEZ

El centro, donde hubo una inclusa, será el guardián de la placa Stolperstein que homenajeará al deportado

31 may 2024 . Actualizado a las 06:58 h.

«Estaba vestido cunha camisa de algodón cunha tira bordada, gorro, tamén con tira bordada, chambra de percal branco e envolto nun trapo». El bebé Juan Clemente de la Cruz fue inscrito en noviembre de 1910 en el Hospicio de A Coruña del desaparecido Hospital de la Caridad. Hasta el torno de la casa cuna no lo llevó si quiera su familia, sino las autoridades. La ficha sobre su caso que ha recuperado la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) tiene un final doblemente triste. Con 31 años fue ejecutado en Harteim, un campo satélite de Mauthausen. «Non foi comunicada a súa morte. Non tiña familia», concluye el expediente, que recoge la carta de defunción del Gobierno francés.

Cuando el colectivo que en A Coruña lidera la investigadora Carmen García-Rodeja se puso en contacto con la dirección del IES Ramón Menéndez Pidal de Zalaeta para trasladarles el caso, la profesora Olga Aguiar preparaba para Filosofía el tema sobre Hannah Arendt. «Aquí tiñamos un exemplo directo e fantástico para entender que a represión nazi non foi exclusivamente contra os xudeus, calquera podía estar nese contexto, neste caso, un rapaz criado aquí», cuenta la docente.

En efecto, Clemente Juan, el huérfano del que no se conservan fotos y que acabó siendo uno de los 17 deportados coruñeses a los campos de exterminio nazis, se crio en Zalaeta. El antiguo hospicio estaba en el terreno en el que años más tarde se construyó el actual instituto público.

«Ten que haber algo especial na terra onde estamos», reconoce la directora, Estrella Pérez Freire. Como recuerda una escultura a la enfermera Isabel Zendal en la entrada del centro, un siglo antes de la llegada de Clemente, de esa misma inclusa salieron los niños huérfanos que protagonizaron la expedición Balmis.

«Asumimos a responsabilidade. Queremos darlle continuidade á historia que hai sobre as pedras nas que hoxe estamos», apunta Estrella Pérez en relación a la decisión del centro de aceptar la custodia de la próxima placa Stolperstein que se colocará en la ciudad en recuerdo a este deportado. Una tradición que nació en Alemania y suma miles de placas instaladas en Europa delante de las casas de las víctimas del Holocausto.

Como Clemente no tenía otra dirección, la plaza que da acceso al instituto es el lugar elegido. «Estamos intentando volver traer á vida, na medida do posible, a esta persoa. Para nós é unha honra ser gardas da súa placa», apunta la profesora de Historia Maite Bellas.

El expósito Clemente fue uno de los 15.000 españoles de los que la España de Franco se desentendió cuando Francia cayó en 1940 bajo el dominio nazi. «Viviu aquí ata aproximadamente a maioría de idade e logo xa saíu ao mundo. Embarcouse e sorprendeuno o estalido da Guerra Civil. Entrou na Mariña de Guerra da República. En Francia foi capturado. Foi un dos prisioneiros que viaxaban no convoi 927, que vagou días por Europa ata os mandaron a Mauthausen», detalla Bellas.

«Os últimos meses da súa vida foi trasladado a un campo satélite onde se supón que practicaron con el experimentos médicos. Unha vida cun principio e final duro, duro. É algo que nos pode axudar a entender que hai cousas que temos que preservar na memoria para non repetir», concluye la docente Olga Aguiar.

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MARCOS MÍGUEZ

Los alumnos también se implican

Fue a raíz de un trabajo que les pidió la profesora de Historia cuando Tsehay Iglesias descubrió cómo la Guerra Civil y el nazismo habían impactado en su familia. «O tío da miña avoa era republicano, decidiu fuxir, algúns compañeiros dixeron que o viran nun campo francés, nunca volveu aparecer. As últimas noticias din que morreu na batalla de Bilbao», cuenta la estudiante de cuarto de la ESO del IES Ramón Menéndez Pidal. Su compañero Miguel Vázquez dio con una historia parecida. «É sobre o tío avó da miña avoa, el conseguiu fuxir a México», apunta.

Los alumnos participan en el homenaje que prepara el centro a Clemente Juan de la Cruz para el día en el que se coloque la placa Stolperstein. «Me parece que es bonito homenajear, que lo que pasó no se repita», dice otro estudiante, Gabriel. «Es una buena idea para darles visibilidad y voz», añade Hugo, que leerá el poema No he visto mariposas por aquí, de Pavel Friedmann. La profesora de Música, Isabel de la Fuente, se encarga de la preparación de la canción de Mad World, de Tears for Fears. «Un tema que habla de la deshumanización», describe Isabel.

Con la ARMH están pendientes de que el Ayuntamiento fije la fecha para instalar las próximas placas, con las que se dará continuidad a la iniciativa a la que A Coruña se sumó en julio del 2023. «En Mauthausen os nazis non chegaron a borrar os arquivos. Pretendían un dobre borrado, das persoas e da súa memoria», dice Maite Bellas. «Moitas persoas aínda están a saber agora o que lles pasou aos seus familiares», termina la docente Olga Aguiar, que acaba de firmar la denuncia por Clemente Juan de la Cruz en la querella argentina contra los crímenes del franquismo.