Aquellos años en los que en A Coruña lo habitual era ir a la playa en barca desde As Xubias
A CORUÑA CIUDAD
La Compañía de Tranvías llegó a instaurar un servicio combinado por tierra y mar para trasladarse a Santa Cristina. En los noventa todavía era posible cruzar la ría en lanchas compartidas
13 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.A finales de los años veinte del siglo pasado, los coruñeses podían disfrutar de un día de playa en Santa Cristina por lo que hoy equivaldría a 0,003 euros. Así, en julio de 1928, la Compañía de Tranvías, la misma que hoy se ocupa del servicio de autobuses urbanos, puso en marcha «un nuevo y bien entendido servicio económico, muy práctico para estos meses de verano».
«Por cincuenta céntimos [de pesetas] conduce en sus coches [en la línea de tranvías que iba a Sada, inaugurada en 1922] a una persona a Las Jubias, le facilita el acceso a la playa de Santa Cristina, por medio de una barca contratada al efecto, y lo trae de vuelta a La Coruña», contaba entonces La Voz de Galicia, que aprovechaba para darle un tirón de orejas a las autoridades municipales de aquellos tiempos y les instaba a que acondicionasen el arenal de Riazor, «que es y será por mucho tiempo, cada vez más si se la embellece, la playa más urbana y agradable que podemos ofrecer al forastero».
Los viajes al arenal de Santa Cristina desde el embarcadero de As Xubias, el mismo punto en el que hace un par de años la Xunta planteó construir una pasarela peatonal y ciclista y que los Ayuntamientos de A Coruña y Oleiros rechazaron, fueron una constante durante casi todo el siglo pasado. De la mano de la Compañía de Tranvías, pero también de barqueros privados. Como «el humilde marinero» Ramón Pita, que a mediados de los sesenta, en los meses de verano, utilizaba su pequeña embarcación, la María del Pilar, para llevar a la gente a la playa. En esa época, recordaba La Voz, miles de coruñeses y turistas se acercaban a diario hasta el arenal. «Un domingo de buen sol, la cifra corriente es de 18.000 personas, muchas de las cuales permanecen todo el día en la playa o se separan de ella para subir al monte y comer o merendar allí», contaba una crónica de 1958.
«Para hacer la travesía por mar hay diariamente a disposición de los bañistas ocho motoras que salen cada cuarto de hora», añadía la crónica, poniendo de manifiesto que la rapidez de las máquinas se había impuesto a las barcas de remos, aunque estas todavía hacían el trayecto. El recorrido en las motoras costaba entonces dos pesetas (0,012 euros) y en los setenta los barqueros ya cobraban tres (0,018 euros). «Nunca hubo accidentes. Es más, hemos recogido a muchos bañistas a los que por imprudencia se los llevaba la corriente», recordaba en 1973, cuando el barrio estaba «abandonado de la mano del hombre», el Rubio, uno de los marineros de As Xubias que aprovechaban los meses de verano para «ir sacando algo más».
En el verano de 1990, ya no eran miles de personas las que cruzaban la ría en barca, pero el servicio todavía existía gracias a vecinos como «el señor Luis, propietario de la María». El hombre, que entonces ya había cumplido los 80, llevaba desde los 10 pasando a gente a Santa Cristina desde As Xubias. Él cobraba 40 pesetas (24 céntimos de euro) por el trayecto. «No da para lujos, pero sí para ir tirando», decía.
Quizás fue él el que trasladó en su lancha a Manuel Fraga cuando era un niño. El expresidente de la Xunta rememoraba en el 2006, cuando se convirtió en socio de honor de la Orden de Caballeros de María Pita, su infancia y adolescencia en la finca familiar de Os Castros. Y recordaba la lancha que le llevaba desde As Xubias a la playa de Santa Cristina. «Allí estuve a punto de ahogarme una vez», reveló.
La importancia del embarcadero de As Xubias, hoy prácticamente abandonado, se remonta más allá del siglo XV. Entonces, contaba hace unos años el historiador Xosé Alfeirán, la zona se denominaba A Pasaxe da Foz. «Era el estrecho paso que se formaba en la entrada de la ría de O Burgo por la existencia de una gran barra de arena que hoy llamamos playa de Santa Cristina», explicaba. El paso se usaba, «desde tiempo inmemorial», para cruzar en barca de un lado a otro. Pero en 1491, los regidores coruñeses Pedro Montoro y Juan Morelos, junto con el corregidor Diego Sarmiento y el procurador Alfonso González Candame, fueron a visitar la zona «y observaron que a pesar de su utilidad no había una barca permanente, lo que causaba muchos perjuicios». Por eso, expone Alfeirán, en octubre de ese año el concejo coruñés «acordó crear un servicio continuo en A Pasaxe das Xubias, arrendándolo al mejor postor».
«Todo cambió con la apertura, en 1901, del puente de hierro de A Pasaxe y de la carretera que desde Os Castros iba, por dicho puente, hasta Sada». Hasta ese momento, continuaba, la única forma de atravesar la ría por tierra esta en el puente de O Burgo, así que los que no querían dar toda esa vuelta optaban por ir hasta As Xubias y desde su embarcadero, cruzar a remos hasta Santa Cristina. Aunque el viaducto facilitó los trayectos hasta Oleiros, durante el siglo XX todavía eran muchos los coruñeses que optaban por las barcas para salvar la ría y disfrutar de un día de playa. Quizás el servicio podría recuperarse hoy, ya entrado el XXI, teniendo en cuenta lo mucho que se satura el puente, sobre todo durante los meses de verano.