La fiebre choqueira no pierde fuelle y llena las calles de Monte Alto de mucho «cachondeo»

Lidia Fernández A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Más de 30.000 personas se entregaron a la ceremonia más emblemática del carnaval coruñés en una jornada de sol y altas temperaturas que dejó el desfile infantil con más participación que se recuerda

13 feb 2024 . Actualizado a las 22:17 h.

El sol por fin brilló en esta jornada festiva. Este martes y 13 A Coruña vivió su día grande del entroido, echando por tierra cualquier ápice de superstición. Muchos disfraces, desde Elviña hasta María Pita, pasando por el ensanche, pero sobre todo en Monte Alto, el barrio que exuda carnaval por los cuatro costados. Poca gente se acerca al espíritu carnavalero que demuestran los vecinos de esta zona de la urbe que durante la jornada festiva, más que nunca, se unieron para celebrar una cita remarcada en el calendario de todo coruñés que se precie: el martes de carnaval.

Las calles de la ciudad herculina se encontraron a rebosar a primera hora de la tarde. Daba igual el rincón donde se mirase, lo raro era encontrar a gente sin disfraz. La línea 4 de autobús, que une el barrio de las Flores con la avenida de Hércules, iba hasta los topes. No cabía un alma. Todos querían llegar hasta el Campo da Leña, donde en tan solo unos minutos, al borde de las 17.00 horas, tendría lugar el pistoletazo de salida del desfile de disfraces infantil. Pero no solo los más pequeños se encontraban ataviados con sus mejores galas. De supermán a las Tortuga Ninja, pasando por las habituales brujas y princesas, el autobús parecía un portal que transportaba a otro tiempo. O, más bien, a otro universo. Uno en el que tienen cabida los superpoderes, y también el sarcasmo. Porque si algo predomina entre los participantes de estos festejos, es su sinvergonzonería más descarada. 

La plaza de España era un hervidero de gente momentos antes del inicio del desfile. Y las calles aledañas no se quedaban precisamente atrás. Música, altavoces que retumbaban y gente gritando todo lo que le permitían sus pulmones. Esa era la tónica en uno de los puntos centrales del carnaval coruñés este martes.

En el desfile infantil se presentaron cerca de 100 participantes, en un concurso de los más multitudinarios que se recuerdan en la ciudad. Los pequeños podían presentarse en diferentes modalidades. Individual o en grupo, así como en la de choqueiros y en la de disfraces generales, en la que tenía cabida todo tipo de vestimenta. Si bien la mayoría se decantó por hacerse pasar por sus personajes favoritos, hubo también varios pequeños que quisieron homenajear la tradición de rebuscar en el baúl de los recuerdos, y armar un auténtico ropaje choqueiro. Tal es el caso de Catalina Veiga, que participaba en la categoría individual. Caracterizada como una auténtica meiga de las Fragas do Eume, se subió al escenario con un objetivo muy claro. «Vin traer caramelos aos membros do xurado», aseguró la pequeña, rotunda. Ángela, por su parte, quiso representar a la cultura asiática. «Que é o que máis che gusta do teu país?» le preguntó el presentador del acto. «A Coruña», respondió con desparpajo la niña ante las risas de los asistentes. 

Sobre las 18.45 horas los buses iban tan llenos que, en varias líneas, no paraban al no poder llevar a más personas. Y así seguía en los trayectos de las 21.00 horas, con varias líneas completamente saturadas. 

La calle de la Torre, epicentro del cachondeo carnavalero

Pero la fiesta no hizo más que crecer y hacerse más fuerte. A las 20.00 horas en las calles de la Torre y San Juan no cabía un alma. Entre los asistentes, Hugo, Uxía y Goku, su perrita. Él, vestido de piloto; ella, de cohete. Y la mascota de ambos, de novia. «Non cadramos moito, pero foi algo improvisado», bromeaba esta pareja, que no quiso festejar sin su animal de compañía. Mascota no tenía Óscar Quintás, pero sí mucha gana de jarana. El autodefinido «choqueiro de cabo a rabo», disfrutaba del ambiente festivo previo al concurso que escogería al ganador entre los centenares de asistentes. «Eu veño sempre co primeiro que atopo, pero intento innovar», señala.

También intentaron innovar Paula y Sofía. Caracterizadas como los personajes de Alicia en el País de las Maravillas, madre e hija, Reina de Corazones la primera, y Alicia la segunda, estaban acompañadas por el inefable Sombrerero Loco. «Y por una Policía, para que nos vigile», bromearon, en referencia a la amiga de la pequeña, que los acompañaba. Y es que la fiesta en la Torre no entiende de edades. Grandes y pequeños, familias enteras y grupos de amigos se mezclaban en una amalgama que solo buscaba pasárselo bien.

Ganadores de los concursos 

En el desfile infantil Nico-Pulpeira se hizo con el oro en la categoría individual, seguido por Aerobic y Marty Mcfly, mientras que en la categoría grupal los triunfadores fueron E.T, Emojis y EmocionesRaposo fue el vencedor del tradicional concurso de choqueiros en la modalidad individual, y Kutremberos se subió al podio en la categoría grupal.