
El nuevo Cetim de Culleredo prevé contar con 200 investigadores en su nueva sede
11 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La fábrica de la Cros volverá a tener un plan industrial en su interior con el proyecto de implantación del Centro de Excelencia para la Competitividad en Economía Circular (C3) diseñado para dos de sus actuales esqueletos. Detrás de esta iniciativa está el Centro Tecnológico de Investigación Multisectorial (Cetim), que se ha marcado como reto implantar allí un polo de economía circular posicionando a Galicia y a España «a la vanguardia europea e internacional». En este sentido, califican de estratégica y prioritaria lo que será su nueva sede «para dar respuesta a la demanda creciente por parte del tejido empresarial e industrial, las Administraciones públicas y la sociedad en el ámbito de la I+D+i en sostenibilidad».

Su iniciativa contempla la rehabilitación y construcción de dos de las naves de la Cros, referente de la arquitectura industrial del siglo XX, cuya cesión llevará Culleredo a pleno la próxima semana. Los plazos iniciales que manejaban —a la espera de que consigan la financiación— es que el centro pudiera estar operativo en el 2026.
El C3 se ha proyectado en fases, tres para abordar la transformación de la nave principal. En la tercera se realizará además la ampliación de una zona semienterrada de 1.319 metros cuadrados y en la cuarta se completaría un proyecto para el que se estima una inversión que alcanzará los 12,8 millones, siendo la fase 0 la que conlleva más gasto (7,1 millones) para acondicionar los primeros 3.957 metros cuadrados.
Este proyecto pretende transformar la nave más grande de la Cros en un nuevo edificio emblemático y puntero, ligado a la crecimiento del empleo. «Cetim espera incrementar su plantilla hasta alcanzar más de 200 investigadores e implementar nuevas líneas de I+D+i que conllevarán y exigirán nuevas inversiones en equipamiento científico y más espacio disponible», recogen, señalando además que su puesta en marcha repercutirá directamente en la economía de Culleredo, tanto a nivel de vivienda como de consumo.

Las estructuras de la antigua fábrica de fertilizantes, exponente de un sistema industrial contaminante, dejarán paso a un centro sostenible con la planta baja y la entreplanta destinadas a uso industrial, con la primera y segunda planta ocupadas por personal investigador y los laboratorios (cuenta con nueve en la actualidad), una tercera donde se ubicará un auditorio de 325 metros cuadrados, un comedor de 237 y unas salas de formación de 221, y una cuarta, con 216, también para formación.
El C3 contará, en la segunda nave, con un espacio de EcoCoworking y vivero de empresas a fin de impulsar, promover y crear nuevas firmas y emprendedores locales, para potenciar un mayor tejido empresarial e industria. Este centro pretenden que sea un mecanismo para la transferencia de resultados de investigación y desarrollo tecnológico al sector empresarial.
Desde el Cetim recalcan que todo el proyecto es vanguardista, pero fían a la propia especialización en procesos innovadores y a su propia capacidad para generar proyectos internacionales el éxito del C3.

Toni Pons: «Serán 8.000 metros cuadrados con proyección internacional»
El Cetim, un centro tecnológico privado de I+D+i, se fundó en el 2011, comenzó a operar en el 2013 en un edificio de la UDC con un equipo de cuatro personas y su crecimiento lo llevó primero al Centro de Investigaciones Científicas Avanzadas de la Universidad y de ahí, en el 2018, al parque empresarial de Alvedro, donde con 80 trabajadores en la plantilla ha crecido hasta ocupar 2.500 metros cuadrados en cuatro naves.
«En Cetim somos un centro referente en economía circular, con más del 90 % de proyectos vinculados a la sostenibilidad, y estamos buscando una ubicación que nos permita crear un polo gallego referente en I+D, captación de talento y respeto al medio ambiente», remarca Toni Pons, director general del centro, que considera que «la Cros es el lugar perfecto porque, además de estar aprovechando un espacio actualmente en desuso y que con el paso del tiempo se ha ido deteriorando, estamos revalorizando la zona, pasando de una antigua fábrica de fertilizantes altamente contaminante, a un centro de excelencia para la competitividad y la sostenibilidad». Además, estima que su proyecto supone dar continuidad a las inversiones realizadas para la descontaminación de la ría.
«La construcción del edificio será totalmente sostenible, con módulos prefabricados, uso de energías renovables y gestión eficiente de los recursos como el agua, la iluminación o el aire», avanza. Reconoce que la Cros les permitirá solucionar los problemas de espacio que ya tienen, «pero también será un polo de atracción de empresas y talento, ya que dispondrá de un espacio propio para el coworking y para la sensibilización, difusión y formación de ciudadanos y entidades».
«Serán 8.000 metros cuadrados de I+D, talento e innovación, referentes en circularidad a nivel gallego y español y con proyección internacional», destaca.