¿Cuántos kilos de explosivos requieren las obras del enlace ferroviario al puerto exterior de A Coruña?
A CORUÑA CIUDAD
Cada voladura realizada en las obras del enlace ferroviario permite avanzar un máximo de cinco metros en la cavidad
06 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Las obras del ramal norte del enlace ferroviario al puerto exterior de A Coruña requieren el uso de una buena cantidad de explosivos para hacer los tres túneles por los que discurrirá el tren, ya que el 79 % del recorrido de 6,7 kilómetros es subterráneo. El ADIF, que ejecuta los trabajos por encargo de la Autoridad Portuaria de A Coruña, atesora por el momento en punta Langosteira un total de 8.000 kilos pólvora. Y pueden llegar a necesitar más, pues según indicó la directora de obra, Dolores Salorio, van encargando el material según necesitan, ya que la necesidad de voladuras depende de cómo sea el terreno que se encuentran en la perforación.
Con un presupuesto de 123,6 millones de euros, los trabajos tienen varios frentes, pero actualmente ya están excavando por dos bocas el túnel principal, que mide 3,7 kilómetros y va de Suevos a Vío. Calculan que del total del polvorín guardado necesitarán en la zona de Arteixo unos 3.000 kilos, mientras que por el lado que discurre junto al polígono coruñés son 5.000.
Este material es el mejor custodiado de la gran obra en la que trabajan 175 personas de forma directa. No hay peligro de robos ni de explosiones, pues la tecnología más puntera se asegura de ello. Y es que la dinamita está oculta en búnkeres de hormigón con paredes de gran espesor. Además, cuentan con imponentes puertas de seguridad similares a las que usa el Banco de España. Imposible que alguien la abra sin estar expresamente autorizado para ello, ya que el lugar está vigilado con cámaras y posee un sistema biométrico que solo permite el acceso cuando reconoce el rostro de la persona que intenta abrirlo.
600 kilos por voladura
Es necesario usar este material porque las voladuras son diarias. Actualmente están haciendo una por cada frente, pero aumentarán el ritmo y harán dos por jornada con el objetivo de cumplir el apretado cronograma que tienen y finalizar las obras en junio del 2026. Para cada explosión necesitan alrededor de 600 kilos de pólvora, ya que la sección del túnel es de gran tamaño, de 52 metros cuadrados.
El protocolo es riguroso con este método, pues establece que mientras se colocan los explosivos solo puede acercarse el personal cualificado y el resto del equipo debe mantener una distancia de seguridad adecuada. En el momento de la voladura, todos se apartan varios metros y los operarios se aseguran de que nadie se acerque al perímetro.
Tras el sonido de la explosión y la emisión de gases, llegan las máquinas que recogen los escombros. Cada operación de este tipo, permite a los trabajadores avanzar en la apertura del túnel un máximo de cinco metros, «si el terreno es bueno», matizó Iago Rodríguez, jefe de Construcción de ADIF Alta Velocidad. Estas cavidades atraviesan tres tipos de macizos y hay algunas zonas donde el material es peor y no permite avanzar tanto. Sucede, por ejemplo, en la boca de Vío, donde hay unos granitos que hacen más delicada la zona.
Otra complicación es la que se encontraron en la galería de evacuación del túnel principal (una de las tres que tendrá) que han excavado ya al 85 %. Esta caverna atraviesa la falla de Pastoriza, lo que ha dificultado los trabajos y ha obligado al equipo técnico a usar sostenimiento pesado para asegurar la estabilidad de la estructura. En esta cavidad de 700 metros tuvieron otro condicionante pues pasa por debajo de la autovía del puerto exterior, la AC-15, lo que obliga a reforzar también el túnel con cerchas —estructuras metálicas curvas que van de un lateral a otro de la pared del conducto hasta el suelo y se colocan de forma consecutiva— y hormigón proyectado.
Depuran las aguas
Para introducir los explosivos en el macizo necesitan la ayuda del jumbo perforador, una máquina con tres martillos percutores que se abren paso en la roca. Dolores Salorio detalló que ese sistema requiere agua, que «se bombea desde la parte interior del túnel». «Esa agua pasa a un sistema de depuración y sale para verter con los parámetros definidos por los distintos organismos receptores», explicó la ingeniera.