Médicos de Honduras en el Chuac: «Tienen una sanidad del primer mundo, sus quejas no nos parecen realmente un problema»
A CORUÑA CIUDAD
Facultativos de atención primaria del departamento de Choluteca visitan los centros del área sanitaria de A Coruña
02 nov 2023 . Actualizado a las 04:29 h.Quienes acudieron a escucharlos al salón de actos del Chuac recibieron un baño de realidad sobre lo diferente que se ven las cosas según el lugar desde el que se mira. En este caso, la perspectiva cruzó el Atlántico, pero no desde el lado de la orilla rica. Dos médicos de Honduras de atención primaria fueron los invitados a la sesión de cooperación, una de las actividades organizadas por la Comisión de Docencia del Hospital de A Coruña durante su estancia de apenas diez días en los centros del complejo.
«Seguimos siendo los mismos seres humanos, tenemos las mismas enfermedades, pero menos recursos. Nuestro sistema de salud tiene muchas carencias; me han dicho que ustedes tienen quejas por las demoras, pero sus quejas a nosotros no nos parecen realmente un problema», resumió Leonardo Landa Midence, «médico general», como él mismo se define, en San Marcos de Colón, un centro asistencial en el que, en realidad, él es el médico. El único. Atiende a una población formada por 4.500 familias inmediatas y 1.500 casas. «Hay mucha dispersión, el centro está en una zona accesible, pero las áreas de influencia son 17 comunidades y alguna está a dos horas y media de camino, sin transporte. Nuestra población nos sale a buscar a pie», explicó.
El doctor Landa venía interesado, sobre todo, en ver de cerca la atención materno-infantil, así que además de rotar por distintos centros de salud también estuvo en algunas guardias del materno Teresa Herrera y asistió a algún parto. «La experiencia está siendo buena, por el intercambio cultural y por conocer una sanidad como la suya, del primer mundo», dijo. «Consideramos que ustedes tienen un sistema de salud muy completo, pero nos encontramos que aún así hay quejas de la población por demoras, por las citas… no nos parece un problema, realmente», reiteró.
Además de esa «sorpresa», a nivel organizativo lo que más le ha llamado la atención es que «ustedes pueden digitalizar toda la información del paciente y pueden acceder desde cualquier computador, ver lo que le pasó en urgencias, las analíticas… es una herramienta increíble». Frente a ello, «nosotros todavía seguimos con expedientes físicos, tenemos una carpeta donde está toda la familia, la cogemos y escribimos sobre un papel, no tenemos ningún tipo de comunicación con otros niveles asistenciales».
Esa herramienta no es lo único que se llevaría de vuelta, de poder hacerlo. «Definitivamente carecemos de recursos, no contamos con lo necesario, con lo suficiente. La formación de nuestra carrera me parece buena, pero la salud es global, son las mismas exigencias, las mismas enfermedades, coincidimos mucho con los tratamientos, pero tenemos dificultades importantes, tenemos un cuadro básico de servicios y recursos, pero no nos proveen».
Su compañero de viaje y profesión, Daniel Gabriel Sánchez Valladares, describió un poco cómo es la medicina en Choluteca, un municipio fronterizo con 30.000 habitantes, la mayoría concentrada en el casco urbano pero con comunidades dispersas que viven de la producción de café, hortalizas y de la ganadería en zonas de acceso complicado. Como coordinador de la red de servicios descentralizados del primer nivel de atención para San Marcos de Colón y Duyure, en A Coruña visitó distintos centros de salud, como el de San José. Guiado por el doctor Ramón Veras, «conocí el trabajo de la matrona, el farmacéutico, estuvimos haciendo ultrasonidos… para conocer el sistema de salud español, la logística, el nivel administrativo y organizativo con el objetivo de ver, en la medida de lo posible, qué podemos incorporar nosotros allá». Tras este acercamiento, concluye que «el sistema de salud gallego es sólido, tiene un buen nivel organizativo y un buen nivel de resolución». Como el doctor Landa, insiste Valladares en que «hay similitud en el manejo de algunas enfermedades, pero en aspectos logísticos estamos muy distantes, su sistema es robusto y completamente diferente. Allí hay menos personal y menor capacidad de hacer pruebas, analíticas… eso nosotros no lo tenemos», lamenta. Afirma que, en teoría, la administración hondureña «garantiza» el acceso a la sanidad, pero «la mayor parte de las prestaciones no están disponibles, el paciente tiene que optar por la vía privada si es que tiene capacidad».
«Han sido muy amables conmigo, he mantenido, en esa parte de docencia y tutoría, pláticas pequeñas, cortas y encantadoras con un personal muy respetuoso», subrayó el facultativo, muy agradecido por la oportunidad de un intercambio que ha sido posible por «la solidaridad gallega». «Me llevaría el lugar, la cortesía… Este es otro mundo, otra realidad. Son realidades diferentes, lamentablemente. Hay aspectos de seguridad, de educación y sobre todo el sistema de salud. Me han transmitido que aquí hay algunas inconformidades, pero cuando relatamos lo nuestro, se dan cuenta de lo que tienen acá».
Con ellos también participó en la jornada Minda Gil Piñeiro, ginecóloga y tutora de residentes del Chuac, integrada en el proyecto financiado con fondos para la cooperación de la Xunta y que organizan Solidariedade Internacional, Solidariedade Galega, Sólida y, en la parte hondureña, Sur en Acción.
Con una parte de actividad social, centrada en la mejora de la calidad y la seguridad alimentaria, la pata sanitaria desarrolló ya en el 2020-21 mejoras en las instalaciones en centros de salud en Honduras y también se llevó a cabo una expedición médica para prestar atención quirúrgica y en consulta durante 15 días. Llevaron a cabo actividades de salud, jornadas de esterilización quirúrgica voluntaria, de oftalmología, de ortopedia…
En aquella brigada, junto a la doctora Gil participaron también las oftalmólogas Fina Pombo y Finuca Pintado, además la ginecóloga Fátima Martínez y Luis García, traumatólogo. «Atendimos a 1.600 pacientes, en consulta y cirugía, y también realizamos sesiones de formación para personal sanitario de San Marcos», explica. Preparan ya una próxima expedición con cinco compañeros.
«No es la primera vez que hago campaña cooperativismo, siempre tengo la visión de que ir a un sitio en el que los medios son mucho más precarios y con mucho menor capacidad de acción te hace darte cuenta de la suerte que tenemos en este país con la atención sanitaria… Hay mucha gente, buena parte de la población, que prácticamente tiene que renunciar a su salud por cosas relativamente sencillas, cosas que aquí no supondrían ningún problema», recalca.
La especialista subraya que, en las estancias, no solo se adquiere «una idea más clara de cuáles son las necesidades que podemos cubrir», para lo cual intentan ser lo más eficientes posibles «con los medios de los que disponemos», sino también constatan la importancia de formar a los sanitarios de allí, más allá de las dos semanas de intensa actividad.
«Ni siquiera los profesionales de la salud somos muy conscientes de todo lo que tenemos a tiro de piedra, todos los días; _insiste_ la mayoría de la población mundial no tiene acceso a todo esto. Cuando sales de tu medio entiendes que muchas de las cosas que damos por supuesto, no lo son tanto». Por eso, ve en la cooperación una fórmula para abrir la mente: «Comprendes que el mundo no es lo que vivimos todos los días, te sirve para tomar conciencia», concluye.