Música para sibaritas

Hugo Álvarez Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

La tercera cita de abono de la OSG proponía un programa de riesgo que se saldó con un éxito

23 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

OSG. M. Ioudenitch, violín. S. Kochanovsky, director musical. Obras de Shostakóvich y Bartók. Palacio de la Ópera, 20 de octubre.

La tercera cita de abono de la OSG proponía un programa de riesgo que se saldó con un éxito de esos que demuestran cómo rinde la orquesta cuando está en buenas manos. Stanislav Kochanovsky conoce el repertorio al dedillo y María Ioudenitch fue una solista excepcional.

Versión para el recuerdo del Concierto para violín no 1, de Shostákovich. Kochanovsky (que se toma su tiempo al empezar) dirigió con gran lógica interna, desde el íntimo comienzo hasta los momentos más desenfadados que pueblan la obra. Imprimió a la orquesta la justa temperatura para abrazar a una María Ioudenitch que, sin sonido especialmente grande, impuso gran presencia por su calidez, nitidez y apabullante intimidad (¡qué tercer movimiento!) frente a tamaña obra. Impecable y sensible, estuvo virtuosa en la descomunal cadenza que une el tercer movimiento al cuarto y fina y resuelta donde la partitura así lo exigía. Destaquemos el vigor del metal o los colores que Kochanovsky extrajo de la orquesta en el final; pero, sobre todo, la formidable amalgama entre solista y maestro. Ovacionada, Ioudenitch regaló Bach: en la antítesis de lo que acababa de ocurrir se mostró igual de hábil.

La segunda parte la ocupó música de Bartók. Kochanovsky exprimió al máximo las posibilidades de la OSG. En los Dos cuadros para orquesta calibró el equilibrio entre los pequeños detalles (impecables maderas en el primer cuadro) y los sonidos globales (sensacional cuerda en el segundo), potenciando cuanto de expresionista tiene esta música. De la suite de El mandarín maravilloso armó una versión puntillosa, detallista y frenética llevando el sonido de la orquesta al límite con estupendos resultados y mostrando la solidez de cada sección. Se lucieron los metales; pero todo el conjunto ofreció una versión muy brillante.

Concierto para sibaritas, de esos que recordaremos cuando acabe la temporada por el compromiso de todos.