Marigona Qerkezi: «Verdi como compositor pide todo y más a un cantante de ópera»

Hugo Álvarez Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Marigona Qerqezi, soprano protagonista de  Aida  en la Temporada Lírica de A Coruña.
Marigona Qerqezi, soprano protagonista de Aida en la Temporada Lírica de A Coruña. MIGUEL MIRAMONTES

La soprano canta en A Coruña su primera «Aida» antes de visitar La Fenice

16 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La joven soprano croata Marigona Qerkezi avanza firme en una carrera que ya la ha hecho debutar en importantes escenarios internacionales. Tras el éxito del jueves, hoy ofrece el segundo pase de su primera Aida (Palacio de la Ópera de A Coruña, 19.00 horas) poco antes de continuar con su agenda visitando La Fenice de Venecia o el Carlo Felice de Génova.

—Ha ido ampliando su repertorio partiendo del bel canto. ¿Qué es el bel canto para usted?

—Tuve la fortuna de que mi recorrido vocal comenzase desde muy niña. Empecé cantando Mozart (Reina de la Noche, Condesa, Doña Ana...) y mucho bel canto, también Rossini. El bel canto, más allá de su acepción de “cantar bello”, de modo correcto, me abrió muchos caminos y me dio una base sobre la que desarrollar mi voz, siempre desde su naturaleza, con las bases técnicas que tenía y procuro mantener según evoluciona mi instrumento. Es una suerte haber empezado con el bel canto para ir hacia roles verdianos (Gilda, Violetta, Giovanna d'Arco, Leonora en Il trovatore, Elvira en Ernani, Lucrezia en I due Foscari...) hasta llegar ahora a Aida. Un repertorio grande, pero siempre en proporción con lo que siento que es el desarrollo natural de mi voz.

—¿Es Aida un punto de inflexión a repertorio más dramático?

—En realidad, si vemos la partitura y estudiamos el personaje desde el punto psicológico y vocal, Aida, junto a sus grandes frases líricas, tiene episodios de explosión dramática porque atraviesa situaciones muy complejas en su vida. Tiene momentos dramáticos, pero creo que está en la línea de Ernani o I due Foscari, que son roles que mantienen los acentos verdianos y la naturaleza de su escritura. Crecí escuchando Verdi, me gusta mucho y me siento muy feliz de interpretarlo. Desde niña escuché mucho a mi madre (la mezzosoprano Merita Juniku, primera cantante de ópera profesional de Kosovo) que todavía hoy es mi maestra de canto, en muchos roles verdianos.

—¿Qué retos presenta Aida en lo vocal y en lo dramático?

—Tiene muchas caras en lo emocional y a nivel psicológico. Sufre atormentada por amar a su enemigo, así nos movemos en un estado de ansiedad acentuado por su conflicto con su padre y por pasar de princesa a esclava. Está llena de cambios que se reflejan también en la música. Además, es una de las óperas más representadas de la historia con dos arias emblemáticas como Ritorna vincitor y O patria mia, y tiene un gran peso en el corpus verdiano. Debutarla es un sueño cumplido y significa mucho porque es una ópera mítica. Ahora que puedo afrontarla, cuanto más entro en el rol más lo amo. Estoy segura de que esta será la primera de muchas y podré profundizar más en ella encontrando nuevos matices. Siempre doy todo lo que tengo y pongo toda mi alma en cada rol que interpreto.

—Interpreta un título canónico que falta en Amigos de la Ópera desde hace décadas.

—Es un gran honor volver a España por cuarta vez. Me siento agradecida al director artístico Aquiles Machado y muy afortunada de recuperar Aida para el público coruñés después de tantos años. Está siendo una gran experiencia y tenemos un gran cast con voces bellísimas bajo la dirección de José Miguel Pérez-Sierra con una producción preciosa de Daniele Piscopo, muy coherente con las coordenadas del universo de Aida. Espero que el público disfrute de esta obra maestra. Es una joya y no hay motivos para no venir a verla.

—Se habla mucho del concepto de voz verdiana ¿Cómo lo definiría?

—Para mí, Verdi como compositor pide todo y más a un cantante. Diría que el concepto de voz verdiana se limita a ser fiel a su escritura, que nunca es simple, añadiendo siempre la fuerza de la palabra, su peso teatral y dramático (lo que Verdi denominaba la parola scenica), el acompañamiento orquestal, siempre majestuoso... Para interpretar Verdi hay que tener muchas cosas y todas en regla. Amo su música y me siento muy cómoda cantándola.

—¿Cómo ve su carrera en los próximos años?

—Hace diez años no hubiera podido imaginar dónde me llevarían mi voz y mi carrera. El futuro es impredecible y para mí hay un factor decisivo para seleccionar el repertorio, que es cómo me siento con un rol y su escritura. Veremos qué me reserva el futuro. Tengo previstos debuts como Mimí en La bohéme (mi primer rol pucciniano), Gulnara en Il corsaro, de Verdi, mi primera Norma... Estoy muy contenta de lo que viene.