La conexión de A Coruña con Marsella está en el reloj del Consulado

M. M.

A CORUÑA CIUDAD

El cronógrafo histórico vuelve a marcar las horas tras una compleja restauración

26 may 2023 . Actualizado a las 12:07 h.

No pasa desapercibido. Ni él ni el edificio cuya fachada culmina. El Consulado es un tesoro tanto por los libros y documentos que atesora en su interior como por los elementos decorativos que lo adornan. Uno de ellos es un reloj histórico, diseñado en 1844 nada menos que por el sobrino del relojero del Luis XV de Francia. Tras mucho tiempo fuera de uso, el cronógrafo vuelve a marcar las horas en A Coruña.

Esta creación del francés Henry Lepaute (1800-1885, París), el mismo que diseñó los relojes monumentales de la bolsa de Marsella o del palacio de justicia de París, es el último de los cronógrafos históricos que han vuelto a hacer tictac tras un programa de recuperación de esta otra memoria patrimonial de la ciudad.

El de María Pita, también de un francés, Francis Pages, y fabricado en el valle de Morez, muy cerca de Suiza, a comienzos del siglo XX, fue el primero que se recuperó en abril del 2021. Llevaba apagado desde febrero del 2020, cuando enmudecieron las campanadas del palacio municipal.

El del Obelisco, el floral de los jardines de Méndez Núñez y el del Eusebio da Guardia, de la década de 1890, fueron los siguientes en este complejo proceso que supuso el desmontaje y la limpieza de estas pesadas maquinarias. En el caso del cronógrafo de María Pita fueron 250 piezas las que se sacaron, limpiaron y volvieron a colocar una a una. En el del Eusebio da Guarda, 150. La Relojería Nemesio fue la adjudicataria de este programa de reparación y mantenimiento que para casos como el de María Pita contó con la colaboración de otro relojero, José Antonio García Prado, con taller en San Andrés.

El más antiguo

En la mayoría el diagnóstico fue sencillo: demasiada porquería acumulada a lo largo de los años. «La suciedad y el poco mantenimiento hicieron que se encontrase en un pésimo estado», apuntaron desde la relojería Nemesio sobre su última intervención, la del Consulado. El reloj más antiguo de todos los municipales que podemos ver a pie de calle.

La máquina estaba fuera de punto, con su sonería desconectada y lleno de polvo. Se trata de una pieza tipo Flatbed, introducido dentro de una caja rectangular de hierro fundido y con un movimiento Westminster o Big Ben.

Sobre su creador, Lepaute, destacar que provenía de una estirpe gala de relojeros, aunque comenzó a adquirir fama cuando se incorporó al taller de Augustin Fresnet, el inventor de las lentes escalonadas para faros. En 1838 abrió su propio estudio. Hasta a A Coruña llegó una de las joyas salidas de su fábrica.