Pillan in fraganti a un ladrón que intentó robar en dos locales de la Marina, en A Coruña

T. Rivas / F. Molezún A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

F. M.

El caco intentó forzar la puerta de La Mansión 1783 y, al no lograrlo, accedió por la fuerza en Pier, donde fue sorprendido por los agentes

23 may 2023 . Actualizado a las 12:21 h.

Un ladrón que esta madrugada entró a robar en un negocio hostelero de la Marina acabó traslado al hospital por los cortes sufridos al tratar de acceder por la fuerza al interior. El caco utilizó una de las sillas de la terraza de la cafetería Pier para golpear violentamente y con insistencia el cristal de la puerta de entrada hasta hacerle un agujero por el que poder entrar, pero sufrió varios cortes durante su acción delictiva. Una patrulla de la Policía Nacional lo pilló in fraganti y lo detuvo pero, debido a las heridas, fue trasladado a un centro hospitalario. A primera hora de esta mañana agentes de la policía científica estaban en el local hostelero recogiendo pruebas de lo sucedido.

El ladrón había intentado entrar por la fuerza poco antes en La Mansión 1783, el negocio que Alberto Boquete regenta a escasos 100 metros de Pier. «Me avisaron de la central de alarmas a las seis de la mañana. Cuando estaba revisando las grabaciones vi que alguien había intentado entrar golpeando la puerta, pero no lo consiguió. Llamé a la Policía para que echasen un vistazo en la zona y fue cuando lo encontraron en Pier. Era sabido que si no lo conseguía aquí iba a ir a otro», explicó Alberto Boquete en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz. 

El empresario denuncia que los robos se están convirtiendo en una constante en la zona y que además los delincuentes lo hacen «a cara descubierta» sin importar la hora que sea. «No tienen nada que perder y se sienten impunes. Les da igual que sean las seis de la mañana, las tres de la tarde o las doce de la noche. Nos sentimos impotentes», afirmó.

Tras haber sufrido dos hurtos en su propio negocio, el empresario se vio abocado a reforzar la seguridad. «Pusimos un cristal de seguridad más grueso en la puerta principal y se reforzaron los anclajes para fijarla a marcos, suelo y techo. Y parece que eso es lo que nos ha salvado de un tercer robo», considera el hostelero, que además colocó más cámaras y sensores en el negocio para tratar de detectar cualquier acción de este tipo en su establecimiento. «Suponen un gasto importante y al final estamos contratando a empresas privadas para un trabajo que debería hacer la policía. Si no llego a avisar hoy, seguramente no lo hubiesen cogido in fraganti. Hubiese destrozado el local y se hubiera marchado. Esto es un suma y sigue. Llevamos mucho tiempo pidiendo una solución para este problema», denunció.