Desbloqueada la reforma de Alfonso Molina, en A Coruña, una promesa desde hace 25 años

David García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Recreación del proyecto de ampliación de Alfonso Molina
Recreación del proyecto de ampliación de Alfonso Molina Cedida

La avenida sumará un carril más por sentido, habrá un desvío nuevo hacia San Cristóbal en dirección salida, se retocarán los de Matogrande y A Zapateira y se prohibirán algunos giros

29 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La reforma de la avenida de Alfonso Molina está más cerca de convertirse en una realidad después de que este martes se presentase el proyecto constructivo de la parte centrada en la remodelación del tramo que comprende desde Palavea hasta a la altura de la avenida de San Cristóbal. Está previsto que esta parte correspondiente a la segunda fase —la primera está en marcha con la pasarela de Pedralonga desde mayo del año pasado— se licite en los próximos días, según se anunció este martes.

El plazo de ejecución será de 24 meses, aunque no se concretó cuándo empezarán las obras, que como se adelantó durante el acto de exposición acarrearán inconvenientes al tráfico, pero con el objetivo de contar con una infraestructura adaptada a las necesidades de la principal vía de entrada y salida de la ciudad. La creación de la tercera ronda no eliminó de Alfonso Molina tanto tráfico como se preveía y la circulación lenta y los embotellamientos siguen siendo habituales. 

Carriles

Entre tres y seis. Uno de los principales cambios se producirá en el tronco de la avenida, ya que se sumará un carril más en cada sentido. La velocidad estimada es de 70 kilómetros por hora, aunque en los exteriores será de 50. La mediana que separa ambos sentidos de la circulación se mantendrá, aunque en algún punto sufrirá modificaciones puntuales para los nuevos pórticos de señalización vertical. 

AC-10

Enlace tipo trébol. Una de las grandes variaciones se producirá en sentido salida de la ciudad, antes del viaducto por el que discurre la avenida de San Cristóbal. Será un enlace tipo trébol con el que los vehículos podrán dirigirse hacia esta avenida, pero en sentido a Matogrande, Eirís y Oza, ya que el desvío existente actualmente antes del paso superior solo conecta en sentido hacia Elviña y A Grela. Mientras, el carril que sirve para incorporarse a Alfonso Molina desde San Cristóbal se eliminará para crear uno nuevo por el exterior del nuevo enlace tipo trébol. Estas operaciones también obligarán a demoler el tablero actual que hay bajo la calzada y recrecer los estribos existentes para adaptarlos al nuevo trazado. Esta zona cuenta con el añadido de las limitaciones que supone el viejo poliducto que transcurre bajo tierra. Después de la pasarela de Matogrande se prevé un sobreancho de calzada que estará cerrado al tráfico, pero que podría servir para futuras ampliaciones si fuese necesario. 

Conexión con Pocomaco

Nuevos enlaces con la avenida García Sabell. El nuevo ramal se incorpora como un tercer carril a la calzada, que con carácter general, se rectifica desde la conexión con la nueva glorieta del enlace en el entorno de Matogrande. Mientras, el ramal de la avenida García Sabell que conecta con Alfonso Molina se incorpora como un nuevo carril al tronco al que se dará continuidad hasta el siguiente enlace con la AP-9.

Conexiones

Sin incorporación a Lidl y Seat desde Alfonso Molina. El acceso a las instalaciones de Seat y Lidl se hará desde este carril exterior procedente de la avenida García Sabell, pero se prohibirá la salida directa desde la propia AC-11. Por su parte, la intersección con las calles Lamelas y Antonio Insua Rivas se mantiene, igual que el acceso a las viviendas de A Pereiroa. Por el contrario, se eliminan el de la iglesia de San Vicente de Elviña y el situado en la margen derecha de la gasolinera por acumularse en un espacio muy reducido, pero se conserva el de la estación de servicio. Antes de llegar a la Coca-Cola la calzada tendrá cinco carriles, pero el más exterior se segregará para permitir el acceso a la avenida de Nueva York y la calle Ginebra a través de su bifurcación. De los cuatro restantes, los dos exteriores conectan con la autopista y los interiores dan continuidad hacia A Pasaxe.

Sentido entrada

Intersección AP-9 y AC-11. La confluencia de estas dos vías creará un punto con seis carriles y se trata de uno de los principales problemas actuales de la avenida por la mezcla de velocidad y volumen de vehículos. Los dos carriles de entrada de la AP-9 se rectifican ligeramente respecto a su posición actual y permitirán seguir hacia el centro de la ciudad por el más interior y hacia Pocomaco-Matogrande por el de la derecha. Mientras, la transición de los tres carriles centrales de Alfonso Molina a dos se mantiene, pero no se permitirán desvíos ya que el más exterior tendrá línea continua. Los dos carriles más exteriores de la calzada permitirán desviarse hacia la rotonda de Matogrande.

Enlace con Matogrande

Nueva glorieta. Los dos carriles más exteriores servirán para dirigirse hacia la rotonda que permite circular por carriles separados por una mediana hacia Matogrande y Pocomaco (el derecho). Mientras, los vehículos que procedan de A Pasaxe deberán tomar el vial que actualmente permite ir hacia Maristas y que tras pasar la salida de la autopista tendrá continuidad hacia esta rotonda, de manera que se separen de los vehículos que circulen hacia el centro de la ciudad. La glorieta de Matogrande también será renovada completamente para adaptarla a los nuevos carriles y enlaces. Desde Matogrande se define un nuevo vial para conectar con el tronco de Alfonso Molina, que recupera los cuatro carriles.

Conexión con Xuxán

Prevista, pero en desarrollo. El proyecto de reforma de Alfonso Molina contempla el futuro enlace directo con Xuxán, que estará poco antes del que lleva a la rotonda de Matogrande. No se construirá en esta fase, sino que se hará en paralelo a las obras finales, las de integración ambiental, que afectan a las márgenes de la carretera.

Pasarelas

Una sigue, dos se van y dos se levantan. La pasarela que conecta Carrefour con Matogrande se mantiene, mientras que las que hay a la altura de San Vicente de Elviña y del desvío hacia Maristas se demolerán para crear otras dos nuevas ajustadas a la nueva distribución, aunque se ubicarán prácticamente en las mismas ubicaciones. 

Paradas de autobús

Renovación. Las paradas de autobús que hay a lo largo de la vía se remodelarán también para que cuenten con todas las garantías de accesibilidad. Se mantendrán en ubicaciones similares, con las que hay a la altura del hipermercado Carrefour y Matogrande, pero un poco más lejos de la pasarela y también se moverá la que hay en el exterior de la antigua fábrica de armas. 

Accesos peatonales

Facilitar la accesibilidad. En sentido salida, una senda partirá después de la pasarela de Carrefour y otra desde la intersección con las calles Lamelas y Antonio Insua Rivas. Una tercera irá desde la gasolinera hasta la parada de autobús antes de la avenida de Nueva York. En sentido entrada también habrá varios tramos: de Xuxán a Agra do Foxo, junto a la nueva pasarela de esta zona y otra desde la parada de autobús de Matogrande. La mejora de las condiciones para los peatones es otro de los objetivos de este proyecto, principalmente a través de su integración ambiental.

pRESUPUESTO

23,9 millones de euros. El presupuesto para esta fase de será de 23,9 millones, de los que 21 se destinarán para la obra, 1,6 para expropiaciones y 1,3 para asistencias técnicas. En los Presupuestos del Estado para este año figura 1 millón de euros y otro para el 2024, cantidad que aumenta a 3 en el 2025. Así, el grueso de las obras no se esperan hasta el 2026, cuando hay previstos 11 millones. 

CESAR QUIAN

La integración ambiental costará 5,8 millones y continúa en redacción 

La tercera fase de la reforma de Alfonso Molina se centrará en la integración ambiental de la avenida en su entorno, de manera que se creen sendas para peatones y ciclistas en los márgenes convirtiendo la vía en un espacio más urbano. Esta parte se encuentra todavía en la fase final de redacción, según se explicó este martes, y contará con un presupuesto de 5,8 millones de euros, de los que 4,5 serán para la obra y 1,1 para expropiaciones, además de 200.000 euros para asistencias técnicas. Estas zonas reservadas para los peatones y los ciclistas estarán separadas del tráfico rodado mediante grandes pantallas vegetales para evitar las molestias que puedan ocasionar el ruido y la contaminación.

César Quian

La solución para los colapsos prometida desde hace 25 años

Todavía no se sabe la fecha en que comenzarán las obras de reforma de la avenida de Alfonso Molina, pero la presentación de este martes del proyecto y el anuncio de la licitación «en días» podrían suponer el empujón definitivo para una obra ansiada desde hace decenios para acabar con un lugar recurrente de colapsos.

La necesidad de mejorar esta vía se remonta a finales del siglo pasado, cuando el crecimiento de la ciudad y del número de vehículos dejaron obsoletas las previsiones de capacidad de 60.000 automóviles. En la actualidad se calcula que pasan más de 100.000 a diario, llegando a unos 5.000 en hora punta. Esta intensidad de tráfico y la distribución de la vía provocan que cuando hay un accidente, que por lo general son alcances leves, o una avería, se formen colas que se extienden hasta el centro de la ciudad o la autopista, situaciones que se vuelven todavía más difíciles en los días de lluvia.

La reforma comenzó a tomar forma en el 2003, pero pasaron los años y el proyecto nunca terminó de definirse. Así se llegó al 2012, cuando la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, anunció que se llevarían a cabo las obras, que se licitarían en el 2014, sin llegar a concretarse. Por la Moncloa y María Pita pasaron gobiernos del Partido Socialista y del Partido Popular, pero en ningún momento llegó a cuajar la histórica demanda de los coruñeses, que prácticamente todas las semanas sufren algún embotellamiento en esta vía por averías o accidentes. El futuro de la remodelación volvió a sufrir un revés cuando la Marea asumió el mando del gobierno local. Durante su mandato se produjo un frenazo por las propuestas introducidas desde María Pita, lo que obligó al Estado a reformular el proyecto.

El comienzo de las obras de Pedralonga en mayo del 2022 y el acuerdo de octubre para la cesión de este tramo al Ayuntamiento allanaron el camino. La ministra Raquel Sánchez se comprometió poco después a aprobar el proyecto antes del final del año y a licitarlo en el primer semestre del 2023, una idea que se mantiene según lo explicado este martes por las autoridades.

La alcaldesa, Inés Rey, aseguró en el acto de presentación que se dio «un paso fundamental para responder a una demanda histórica» y que es «clave para el diseño de la movilidad urbana». Por su parte, el director general de Carreteras del Ministerio de Transportes, Juan Pedro Fernández Palomino, destacó la necesidad de «no solo pensar en el vehículo sino también en los vecinos y en los usuarios vulnerables».