Al súper con la guía de vinos gallegos de Paadín

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

Luis Paadín, durante la presentación de una de las ediciones de su guía de vinos y destilados gallegos.
Luis Paadín, durante la presentación de una de las ediciones de su guía de vinos y destilados gallegos. CESAR QUIAN

11 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Ir al lineal del supermercado en A Coruña a buscar vino con una guía enológica en la mano pone taquicárdicos a los operarios. Comprobadísimo. Por lo demás, todo son ventajas, pero hay que aceptar el marcaje al hombre del dependiente, férreo como el de los centrales de los ochenta. Su primer pensamiento mientras cotejas el libro es: «Pero qué narices está haciendo este friki». El segundo es algo así: «A ver cuándo esconde la botella dentro del abrigo». Por eso él va y viene, pendiente mientras tú estudias la mercancía, convertido en una amenaza.

En mi caso, la cita anual con la enología es la publicación de la Guía de vinos, destilados y bodegas de Galicia, de la que son autores Luis y Alejandro Paadín. Es una joyita muy recomendable que editan contra viento y marea gracias al micromecenazgo. Tiene innegables virtudes: un amplio panel de cata con expertos en vino gallego y, sobre todo, un sistema de calificación que categoriza por calidad y precio, de manera que uno puede encontrar vinos del máximo nivel (gran oro y oro+) por menos de diez euros. Por ejemplo, este año aparece en lo alto del medallero el Adobe 2021, un tinto de la Ribeira Sacra que está en la gama de precios más razonable.

El espionaje del dependiente no es la única consecuencia de hojear la guía en público. «Mire, ¿me puede recomendar un buen vino que no sea caro?», me abordó la semana pasada una señora que llevaba un rato vigilándome con el rabillo del ojo y que se debió de pensar que yo era el hijo de Robert Parker. Eso está bien. Siempre te permite sacar a pasear al enólogo que te gustaría llevar dentro y que, por desgracia, nunca llevarás, y refuerza mucho la autoestima. Una compra de vino atinada y, de propina, terapia psicológica. No se puede pedir más.