El encanto del nuevo rincón de moda de A Coruña

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

Las terrazas y el «slow life» copan el entorno de San Nicolás y San Agustín

20 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

 A Coruña está llena de pequeños rincones con encanto, y con las labores de regeneración y mejora que el Ayuntamiento ejecuta en el entorno de la  esta zona se está transformando en parada obligada para ciudadanos locales y foráneos. Las terrazas, las vistas, la arquitectura modernista, la tranquilidad, el abrigo del viento que ofrecen los edificios... contribuyen a que esta zona de la ciudad sea punto de referencia del movimiento slow life, una corriente cultural que promueve la desaceleración del actual estilo rápido de vida. «Cuando llegan los trasatlánticos esto es una locura. No nos da tiempo a limpiar una mesa que queda libre y ya está ocupada por otros clientes», confirma Eduardo Pérez, uno de los empleados del Café Tortoni de la plaza de San Nicolás. Explica que las terrazas, si hace buen día, se llenan a partir de la hora del vermú. Y los fines de semana es casi imposible encontrar una silla vacía, como en el Valentín. «Sí se nota más afluencia de gente: tanto de gente local como de turistas. La mayoría vienen sin mapa, piden mucha bollería, churros, tortilla y, los ingleses, muchos capuchinos. También hacen muchas fotos al edificio modernista Ricardo Boán, en el número 13», indica.  

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Ocupar locales de la plaza

Vecinos y comerciantes esperan que el entorno de San Agustín también se revitalice con el plan que está llevando a cabo el Ayuntamiento de A Coruña, que acaba de renovar la plaza del Humor, el entorno urbano del mercado (en la que se invirtió casi 620.000 euros) y en las próximas semanas adjudicará los 13 puestos que hay en el exterior del edificio y que, en la actualidad, están prácticamente todos vacíos. La idea del gobierno local es que en las cuatro esquinas haya locales de hostelería, tipo cantina o cafetería que atraigan usuarios, visitantes o también clientes para el mercado. En el exterior del mercado también estarán dos tiendas de venta de flores y plantas, un local de reparto a domicilio, dos de venta de ropa y complementos, uno más de reparación y reciclaje y otro de comercio de productos artesanales. La oferta prevista se completará con otros dos locales: uno de reparación de calzado y otro destinado a taller de reciclaje. 

Recuperar su antiguo esplendor

Los informes técnicos del Ayuntamiento señalan que estas labores de humanización así como las acciones previstas de mejora, digitalización e impulso comercial están encaminadas a devolver al mercado de San Agustín «el atractivo de sus inicios, generando empleo en un entorno adaptado a los nuevos tiempos y fomentando el consumo de producto fresco y de proximidad». 

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En este sentido, Moncho Irimia, vecino de la zona y cliente del mercado, es algo escéptico en cuanto a ese resurgimiento: «En esta zona solo hay gente mayor, que poco gastamos. Y sin entidades bancarias, que, la actividad económica tampoco despunta. Aquí necesitamos que venga gente joven, que es la que gasta el dinero, porque los mayores no generamos riqueza», explica. Reconoce que este mercado fue en su momento, «el mejor de la ciudad», ahora superado con crecer por la plaza de Lugo.

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Sin embargo, José Luis Aradas, también residente en la zona, mira el proyecto con esperanza: «Falta el relleno de los puestos exteriores. Si dan con la clave, esto va a recobrar vida. Esto no es la plaza de Lugo, es verdad, pero hay que hacer lo que se pueda para que recobre el ambiente que tuvo siempre. Y los locales de hostelería puede ser una forma de atraer gente». «Ojalá que todo esto venga bien», dice una de las placeras con esperanza. Y eso también espera Carmen Suárez Barbeito, más conocida por todos como Marita, carnicera desde hace 54 años y que, recién cumplidos los 93, cada día va a su puesto, atendido por un empleado, José Luis Fernández. «Ojalá que los que vengan tengan mucha suerte, mucha suerte. No sé cuándo cerraremos la carnicería, a la que le tengo mucho cariño, pero seguro que será antes del verano, cuando nos mande el Ayuntamiento», explica esta veterana.

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Mejor iluminación

María Rivera, de otro local con solera, dice que el último año se notó mucho más tránsito de turistas por San Nicolás y San Agustín. Desde el otro lado del mostrador del local de venta de objetos religiosos, dice que los viajeros entran «porque ven esto como un museo, les llama mucho la atención». En todo caso, recuerda que para impulsar este rincón con encanto, haría falta una mejor iluminación.