Todas las personas que integran el equipo del Cooltura, en A Coruña, son oriundos de Vallejuelo (San Juan, República Dominicana). Dicen que lo suyo es la cocina gallega «hecha por dominicanos»
11 feb 2023 . Actualizado a las 10:38 h.Percibí algo especial. Eran las ocho y cuarto de la tarde del viernes pasado y yo era el único cliente del local. Media hora después ya estaba lleno. Pero lo que me llamó la atención en ese rato fue la relación tan cercana entre todo el equipo del restaurante Cooltura de la céntrica calle Magistrado Manuel Artime de A Coruña. «Es que todos somos familia», aclara Wesmelín Mateo Bido, al que todos conocen como Willy, copropietario del negocio. Su socio es Alexi García Bido, primo e hijo de la cocinera, Sandra Bido, por lo tanto tía de Willy y de Manuel Arturo Mateo Bido, hermano de este y también trabajador del local. Pero hay más.
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Llevan tiempo en España y todos son oriundos de la localidad de Vallejuelo, en el municipio de San Juan, al sur de la República Dominicana. De allí también es Chantal Ogando, camarera del negocio y también prima de Willy y Alexi. Primos, hermano, tía y demás familia trabajando juntos en el mismo restaurante. «Nos llevamos bien, pero hay días y días, supongo que como en todos los sitios. A veces tenemos disparidad de criterios, pensamientos distintos, pero una vez que salimos del negocio, ya pasó todo», comenta con buen humor. Muy cerquita de su restaurante se encuentra La Dehesa, otro local de hostelería que siempre está abarrotado. Aunque no se lo crean, aquí trabaja otro familiar, Fausto. «Es mi tío y la persona que en su día me dio la oportunidad de aprender el oficio con él. Mucha gente me conoce de la etapa que pasé allí», asegura Willy. En el rato que me cuenta la historia familiar, el Cooltura ya está lleno. «El público está contento con el servicio y con la cocina», confirma. Se nota el buen ambiente. Apuestan por los arroces, las carnes, algo de marisco y dicen que lo suyo es la cocina gallega «hecha por dominicanos». Abrieron en un momento malo, junio del 2020, cuando la hostelería tenía más restricciones que productos. Pero en tan poco tiempo fueron capaces de generar los ingresos suficientes para reformar el local y ya piensan en nuevos retoques. Y lo más importante, aquí todo queda en familia.
GLOBOS Y CHUBASQUERO VERDE
Un gran lazo verde. Es el símbolo de la lucha contra el cáncer y pudo verse en cantidad de localidades gallegas. Lo formaron ciudadanos convocados por las delegaciones de la Asociación Española Contra el Cáncer y la iniciativa resultó un éxito. Una manera de recordar que es importante mantener hábitos de vida saludables para conseguir que en el 2030 haya una supervivencia del 70 %. Pero el lazo también sirve para insistir una vez más en que ese cigarro que estás fumando tiene que ser el último o que hacer un poco de ejercicio a diario debe ser algo habitual en nuestro día a día. La delegación de A Coruña me invitó a ser el dinamizador del lazo que se formó en la plaza de María Pita. Es decir, entretener a los centenares de personas que se acercaron, invitarles a ir ocupando los huecos libres que iban quedando en el lazo, y recordarles la importancia del día y de lo que conmemoramos. La parte final del acto incluyó los discursos del presidente de la asociación coruñesa, del delegado de la Xunta, de la alcaldesa y de la paciente Gabriela Villamor. Me impresionó la seguridad, naturalidad y rotundidad con las que se expresó. Allí de pie, con el monumento a María Pita justo enfrente, parecía un duelo de heroínas. Una maravilla ver los miles de globos verdes que se levantaron al cielo en toda Galicia y esos chubasqueros que también se repartieron hasta que no quedó ni uno en las cajas. Cuando se trata de luchar contra una enfermedad que nos toca a todos de manera directa o muy cerca, se pone de manifiesto la unidad de la población. Ojalá en muchos más asuntos estuviésemos todos con los globos verdes.