Los que venden tabaco a menores

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS CREO

02 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

David tiene 15 años y sus amigos Miguel y Pachi, 13. Están en esa etapa de la vida en la que las hormonas hacen su trabajo y se mueven por impulsos. Pero como la amistad a esa edad es lo más sagrado de la vida, casi todo lo que les sucede a los tres es compartido: las risas, los sudores y cualquier imprevisto que surja cada tarde. Como son adolescentes, necesitan experimentar y se las arreglan para que cada día suceda algo nuevo. Algo que les ancle y les confirme que ya no son unos niños de 5 años, aunque por las noches todavía busquen el beso de sus madres. El caso es que en este frenesí vital que tienen, a David, a Miguel y a Pachi, un amigo mayor, pero menor de edad, les ofreció un cigarrillo. Y, claro, a los amigos hay que decirles que sí. De modo que se fumaron —de esa manera que se fuma la primera vez— ese pitillito a escondidas. Después de unos días y de varios ofrecimientos más, los tres colegas ya saben coger los cigarrillos y se pavonean delante de los otros chavales con la autoestima alta. Entonces, a uno de ellos se le ocurre que hay que hacerse con el tabaco de otra manera. Y nada les puede resultar más sencillo. En el bar de abajo de su casa, y también en el otro de la esquina, en su barrio, venden cajetas en la máquina. Así que sacan el suelto de los bolsillos y entre los tres acumulan el dinero para comprar tabaco. El de 15 años entra en el local, el de la barra le desbloquea la máquina y listo: sale con veinte cigarrillos. Para ellos ya es un hábito y ya tienen la fórmula legal (pero ilegal) de hacerse con su droga. Es ese otro narcotráfico que se produce a diario en ciudades como Coruña. Nos podemos asustar, pero las cifras están ahí. «En Galicia —expresa la neumóloga del Chuac Julia Tábara— los jóvenes empiezan a fumar a los 13 años». Aún no lo saben, pero los tres amigos vivirán 15 años menos.