Adiós al mítico cocodrilo de la Barrera de A Coruña

Pablo Portabales
pablo portabales A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

A Troula, que echa el cierre
A Troula, que echa el cierre MIGUEL MIRAMONTES

Marisol Parafita y Manolo Carro, que se hicieron cargo de la tasca A Troula en 1989, cerraron por motivos de salud y la ciudad se queda sin su famoso pincho de filete de ternera con patatas que disfrutaron generaciones de coruñeses y visitantes. Ellos esperan que alguien se anime a darle de nuevo vida al reptil

03 feb 2023 . Actualizado a las 13:41 h.

Nunca algo tan sencillo fue tan exclusivo y famoso. Desde hace 40 años, generaciones de coruñeses y de visitantes sucumbieron al mítico cocodrilo de la calle de la Barrera. Pero se acabó. El local se llama en realidad tasca A Troula, pero todo el mundo lo conoce por el nombre del gran reptil. Por motivos de salud, sus propietarios lo cerraron hace unas semanas y, ahora viene lo peor, no lo volverán a abrir. «Estamos de baixa. Primeiro caeu o meu marido e quedou mal. E eu quixen ser coma el e dixen: “Voume a tirar”. E caín tamén. Teñen que operarme. O bar é noso, o alugamos ou o traspasamos con aluguer. Estaba funcionando moi ben, así que non veñan a interesarse os que non son pagadores», comenta sin perder el humor Marisol Parafita. Regentó el mítico mesón con su marido, Manolo Carro, desde 1989, pero llevaba seis años abierto y ya servían el plato estrella. «É incrible o éxito, porque trátase dun filete de carne, que compramos a un maiorista, que facemos volta e volta con un pouco de sal. As patacas, cortadas por min, que non se poden cortar de calquera maneira, son de Carballo. Fritímolas en freidoras, pero só as patacas, nada máis, e limpámolas a diario. Cantos filetes levo cortados na miña vida...», reflexiona esta mujer que este mismo jueves fue a una agencia para poner un anuncio del cierre definitivo y de que lo alquilan. «Se alguén ten interese, eu lle explico como fritir as patacas e a carne e, se estou ben, estou ao seu lado o tempo que faga falta», apunta Marisol.

Dice que el chorizo criollo también fue siempre muy demandado, pero nada como el cocodrilo que, con su adiós, deja un vacío en el estómago y en la zona de los vinos. Dicen que lo dejan con un poco de pena, pero conscientes de lo mucho que trabajaron durante décadas. «Nós non temos vicios nin caprichos caros. Cando foi a pandemia caemos na conta de que non fai falta moito para vivir», reflexiona. Es cierto, no hace falta mucho, pero un cocodrilo de vez en cuando ayudaba a ver las cosas de otra manera. De forma paulatina se van perdiendo tapas, pinchos y locales que marcaron a miles de ciudadanos. Es posible que los más jóvenes tengan sus propios referentes que toman el relevo de los tradicionales. Pero la clave, como sucede con los cocodrilos, es ser capaz de superar décadas y modas y seguir gustando a la gente. Si nadie se anima a dar continuidad al negocio y a apostar por servir esta sencilla tapa sin cambiar la receta, el reptil de la Barrera quedará reducido a una batallita de abuelo. A ver si Marisol prepara alguno para los amigos antes de pasar por el quirófano.

MIGUEL MIRAMONTES