Puga y Parga: mil días de la primera peatonalización en A Coruña del mandato

David García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Esta calle fue la primera obra que finalizó el gobierno local para que los transeúntes ganasen terreno a los vehículos

28 ene 2023 . Actualizado a las 22:28 h.

El Ayuntamiento de A Coruña hizo de las peatonalizaciones una de sus principales señas de identidad durante este mandato. La precursora de este camino, que todavía sigue sumando nuevos espacios, fue Puga y Parga, una calle de 80 metros de longitud que une Alfonso Molina con Santiago Rey Fernández-Latorre y Concepción Arenal. El 1 de mayo del 2020 concluyeron las obras que cambiaron la fisonomía de esta vía, con el añadido de que se acabó cuando todavía estaba vigente el confinamiento.

Pedro, residente en esta calle, asegura que el cambio «se agradece» porque se pasó de una acera estrecha nada más salir de los portales y coches aparcados a un espacio «más amplio». «Era un tramo con poco tráfico (la calle no tenía salida hacia Caballeros para vehículos), pero ahora es mucho más cómodo», destaca. La obra de Puga y Parga supuso una inversión de 74.000 euros para el Ayuntamiento y forma parte de la ronda peatonal que se está trazando entre los parques de San Diego y Observatorio.

Una tienda de confecciones, una lavandería, una escuela infantil y una cafetería son los negocios que hay en esta calle. En el caso de La Morera, local de hostelería, el cambio fue «muchísimo». «Estamos muy contentos porque antes no teníamos terraza, estaban los coches aparcados», detallan. A nivel de negocio les benefició la transformación de la calle, pero también consideran que supuso «una mejora para el entorno» porque «los clientes están más a gusto y hay menos contaminación».

Estado de Puga y Parga antes de su peatonalización
Estado de Puga y Parga antes de su peatonalización

El resultado de la calle está marcado por una plataforma única a la que los vehículos solo pueden acceder para entrar y salir de los garajes, amplios espacios para los peatones y carril bici bidireccional segregado para tratar de reducir las interacciones entre viandantes y ciclistas. «Quedó muy bien, pero a las plantas les faltan flores o algo que le dé más colorido», explica Dolores, otra vecina de la calle, quien pide un «mayor control de la presencia de roedores en las zonas verdes».

En lo que va de mandato, el gobierno de Inés Rey actuó sobre cerca de 30 calles y alguna plaza que se convirtieron en peatonales o en las que los transeúntes ganaron importantes superficies en detrimento de los vehículos. Algunas de ellas, igual que Puga y Parga, pertenecen a la ronda peatonal, como en el caso de Alcalde Marchesi o Mariscal Pardo de Cela, que dan continuidad a este tramo de Cuatro Caminos.

Además de ir cosiendo fases de la ronda peatonal, también se actuó en lugares puntuales de la ciudad, como un tramo de Pardo Bazán, San Leopoldo o Monte das Moas. Mientras, en otros como la plaza de San Agustín, Compostela o los Cantones se llevaron a cabo importantes cambios en los que, de nuevo, el peatón se erigió como protagonista. Sin embargo, esta última terminará como uno de los grandes retos que quedarán pendientes a la conclusión del mandato, ya que la gran reforma anunciada por el gobierno local se pospuso a la espera de la reelección de Inés Rey como alcaldesa en las próximas municipales de mayo.