¿Quién está aislado de quién?

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

Marcos Míguez

Mientras no jibaricen el Atlántico en plan mar Menor, tenemos todo el océano y la historia por delante

24 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando el invierno se va al recreo y los dioses maquillan el cielo de A Coruña de azul Riazor, me gusta acodarme en la barandilla del paseo en A Maestranza y observar cómo salen y entran del puerto los veleros, acariciadas las lonas por rachas propicias.

Tirarse ahí un rato asomado al Atlántico, esnifando el salitre y las algas atomizadas que trae el viento y dejándose mecer por las corrientes de aire que peinan las olas con crestas punkis, es como asomarse a una versión desenchufada de A Coruña. Esta ciudad unplugged, en plan concierto acústico de Nirvana en la MTV, suena al silencio sinfónico del primer día de la Creación, cuando los dinosaurios estaban estrenando los farallones del Seixo Branco, donde —ya cantó algo así Siniestro Total— Dios se echó a descansar.

Cuando alguien insiste en que en esta esquina del universo estamos aislados y me recuerda que nos han colado un AVE del chino, que nuestra autopista es más cara que matricular a un hijo en Harvard y que el aeropuerto de Alvedro unas veces está operativo y otras no —como los pimientos de Padrón y el gato de Schrödinger—, le digo que sí, sí a todo, pero también me lo llevo de una oreja a ver el océano.

Y al pie de nuestro mar —el Mediterráneo es el Mare Nostrum de los otros, no nos confundamos—, con los antiguos caminos de las ballenas extendidos como hilos de plata hasta Reikiavik, Nantucket y Ushuaia, le pregunto a mi amigo quién está aislado de quién.

Será cierto que no tenemos la alta velocidad prémium, que a otros les sale gratis desgastar sus autopistas y autovías, e incluso que aterrizar aquí es casi tan meritorio como posarse en la pista de Funchal, pero mientras no jibaricen el Atlántico en plan mar Menor, tenemos todo el océano y la historia por delante.