Pamela Rodríguez: «Me ha marcado nacer en una familia en la que mi tío es Vargas Llosa»

Loreto Silvoso
loreto silvoso A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Nominada dos veces a los Grammy, actuará el viernes en A Coruña

22 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En un dúplex cerca del mar y con vistas a un hermoso parque de A Coruña, la cantante peruana Pamela Rodríguez relata cómo llegó a Galicia hace casi tres años.

—¿Qué hace en A Coruña una de las artistas mejor valoradas de Sudamérica?

—Pues llegué aquí en medio de la pandemia, en un vuelo humanitario de repatriación.

—¿En un vuelo humanitario?

—Sí, estaban repatriando a mi entonces pareja y a mis hijas gallegas, porque ambas son de padres coruñeses, aun no habiendo yo vivido antes en esta ciudad.

—Estaba predestinada a venir...

—¡Mi destino estaba escrito! Llegamos a Cambre y ahí empezó toda mi historia en Galicia.

—En el 2021 publicó «Desmadre», en el que narra su llegada a A Coruña por amor, tras conocer al diseñador Tom Pernas.

Sí. Estábamos en los últimos coletazos del coronavirus, no había vida social y mi primer contacto con Galicia fueron los colores, los olores, la tierra, el verde... Me pasaba las mañanas caminando y empecé a conectar mucho con el paisaje. Una cosa fue llevando a la otra y ahora estoy en A Coruña centro.

—En su obra da una visión sin tapujos de la maternidad.

—Es lindísimo ser mamá, pero también es retador. Tengo hecho hasta standards de jazz con el sacaleches. ¡Mis amigos se partían de risa, ja, ja...!

—En su país protagoniza portadas y es toda una celebridad. ¿Cómo fue empezar de nuevo?

—Por un lado, maravilloso. Me gustó la ligereza que trae consigo ese lienzo en blanco del volver a empezar. Pero también ha sido una lección de humildad de las más duras que he tenido en la vida.

—Estuvo nominada a dos Grammy latinos y es muy reconocida allá.

—He hecho una carrera de muchos años. Trabajo profesionalmente desde los 14 y tengo 39. Soy una curranta. En Perú se me hacía fácil, porque conocía a todo el mundo. De pronto llego acá y a veces ni te ven o ni te escuchan [ríe]. He tenido que empezar literalmente de cero, pero no me quejo.

—Ya ha colaborado con Iván Ferreiro y es cantante de Los Pilotos, el grupo de dos miembros de Los Planetas.

—Sí, cuando Banin y Florent me llamaron porque necesitaban una cantante para una gira, fue increíble. Ha sido tan brutal la conexión, como en un viaje de colegio constante, que seguimos.

—Acaban de sacar un temazo, «A tiempo de saltar». ¿Siempre estamos a tiempo de cambiar?

—Creo que sí, la vida es una. Yo lo hice. Me mudé de país, lo dejé todo, pero en el avión me hacía esa pregunta, claro.

—Es sobrina del premio Nobel Mario Vargas Llosa.

—Sí, es una persona admiradísima en la familia. Yo soy sobrina de Patricia Llosa y la adoro a ella y a mi prima Morgana [la hija de Patricia y Mario]. Con ellas es con quien tengo más relación. Mi abuela es Teresa Urquidi. Él la quería mucho, porque era muy excéntrica. Cuando mi tía Patricia se casa con el tío Mario, la que más celebra el matrimonio es mi abuela, que era una mujer muy avanzada, moderna y rompedora.

—¿Cuál es su relación con su tío?

—Con el tío Mario, guay. Desde niña he estado siempre pendiente de todo lo que hacía, leyéndolo, yendo a sus conferencias, conociendo a su círculo intelectual... Haber nacido en una familia donde había un escritor de tal calibre te marca.

—¿Cuál es su obra favorita?

—Me divertí mucho con Travesuras de la niña mala y me gustaron El pez en el agua y La civilización del espectáculo.

—¿Y lo de Isabel Preysler?

—No tengo opinión.

«Meigas», su nuevo trabajo El próximo trabajo de Pamela Rodríguez (Lima, 1983) se llama Meigas y «es un homenaje» a esta tierra que la ha nutrido «de su propia magia». El viernes 27, a las 22:00, actuará con su banda en La Disfrutona, con entrada gratuita, en los conciertos del ciclo Retroalimentación.

«Creo que Shakira necesita urgentemente ir a terapia»

«Soy curiosa por naturaleza», explica Pamela Rodríguez cuando le preguntamos por su estilo musical. «Estudié canto clásico y jazz desde muy pequeña. Piano a los 9 años, canto a los 11 y estuve en conservatorios hasta que a los 17 años me mudé a Texas y allí estudié etnomusicología». Aunque su alma es cien por cien roquera y muy punki, sus comienzos fueron con el folklore afroperuano.

—Le gusta el mestizaje.

—Me cautiva. Soy amante del enriquecimiento que sale del choque entre culturas. Esa fue la música que empecé a investigar con 19 años.

—¿Y qué música está haciendo ahora aquí en A Coruña?

—Estoy con Julián Seijas, que es un fenómeno con el bajo, y con mi hermano, que es otro músico talentosísimo. Tal vez estoy más en el pop eléctrico, que no electrónico, y muy atmosférico.

—Aquellos paseos por el bosque...

—Sí, Galicia me ha traído mucha inspiración a la atmósfera.

—Su lema es «Vivir tan intensamente como se pueda».

—Ese es mi modus vivendi. A veces la vida se pone dura, pero trato de estar conectada con el disfrute de vivir.

—¿Qué cosas la hacen disfrutar?

—Mirar las olas, ponerme al solete, escuchar una música bonita o calentar el caldo y que esté en ese puntito perfecto...

—¿Es del «team» Shakira?

—El despecho es una vibración de baja frecuencia. Te destruye. ¿Mi opinión? Que Shakira necesita urgentemente ir a terapia.

—¿Para qué está la música?

—Creo en el poder de la música, pero usado con responsabilidad.

—¿Algún día las máquinas llegarán a crear música de calidad?

—A una inteligencia artificial le pidieron una canción como Nick Cave. Él dijo que era una basura. No seremos reemplazables.