Un andamio es para siempre

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

ANGEL MANSO

Últimamente voy por A Coruña echando de menos algunos de estos esqueletos, que ya eran parte del paisaje urbano

17 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Nos contaban hace unos días Pablo Portabales y Alberto Mahía que, por primera vez en treinta años, no hay un solo andamio plantado delante de las galerías de la Marina. Se nos va a hacer raro pasar por allí y no pararnos a contemplar las mallas verdes cubriendo las fachadas.

Últimamente voy por A Coruña echando de menos algunos de estos esqueletos, que ya eran parte del paisaje urbano, como la torre Hercón, la Domus o el estadio de Riazor. Ha habido en las últimas décadas en A Coruña armazones que han durado más que las obras del Escorial, que no sé cuánto duraron exactamente, pero recuerdo que, cuando de niño tardaba mucho en hacer los deberes o en tomar la merienda, mi madre me decía siempre que aquello parecía la obra del Escorial. No sé si estos tablones han superado al monasterio con forma de parrilla, pero desde luego que algunas de estas estructuras han resistido más que muchos matrimonios que conozco.

Uno de mis favoritos entre los andamiajes eternos era el de la plaza de España, para el que los vecinos pidieron incluso la declaración de patrimonio de la humanidad. Yo ese título se lo hubiese dado a los dos andamios que había en Durán Loriga, en la acera del Pastor, que iban tan para largo que hasta tenían fluorescentes para iluminar de noche a los peatones.

Hay andamios que llegan un día a tu calle, a tu vida, y acaban formando parte de tus seres queridos. Yo tenía especial devoción por uno que había en Panaderas, bajando a mano derecha, antes de llegar a la casa de los Casares, y no hace mucho que lo han levantado, así sin avisar a los allegados, ni nada.

Con los andamios pasa un poco como con las mascotas y otros amores escurridizos. Te encariñas con los aluminios y un buen día llega alguien, dobla las piezas en un camión y se larga sin mirar atrás.