Javier Marín, consejero delegado de Singular Bank: «¿Quienes van a pagar el nuevo impuesto a la banca? Los clientes, por supuesto»

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

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Tras la compra de la red de banca privada de UBS, Singular Bank quiere reforzar, desde A Coruña, su apuesta por Galicia

07 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«Galicia es un importante polo empresarial y queremos reforzar nuestra presencia, imbricarnos más en la sociedad y, por supuesto, ser el mejor banco para cada cliente». Así explica Javier Marín (Madrid, 1967), consejero delegado de Singular Bank, lo que define como su «obsesión»: hacer de la firma el mejor banco privado independiente. «Se trata de hacer las cosas bien, que el cliente sea el centro. Es apostar por escuchar, por la interacción humana, por la empatía. Ese es nuestro código de valores y nos lo creemos», insiste el que fuera también consejero delegado del Santander con Emilio Botín.

—¿Ha sido un buen negocio la compra de la división de banca privada de UBS en España?

—Fantástico. Ha sido un buen negocio a corto y, sobre todo, a largo plazo. Porque estas operaciones no son solo financieras. Son estratégicas. Comenzamos con Selfbank, que no era nada, un bróker por internet. Creamos el banco de cero, teníamos un volumen —que está muy bien— y un nombre poco conocido. Pero la marca de Singular no era conocida y esta compra nos posiciona como líderes en bancas privadas independientes. Nos da un volumen importante y, sobre todo, un posicionamiento y una marca, que en este negocio es muy importante. Ha cambiado la naturaleza del banco absolutamente.

—Y además les ha dado presencia en Galicia.

—Sí. Claro. Gracias a esta operación tenemos la oficina en A Coruña, preciosa, en el Cantón; y en Barcelona, que tampoco teníamos. Estábamos en Madrid, Zaragoza, Valencia, Sevilla, Málaga, Murcia, Las Palmas y León. Ahora incorporamos A Coruña y Barcelona. Nos falta el País Vasco.

—¿Hay diferencias en el perfil del inversor gallego? ¿Es más conservador, como se suele decir?

—Yo diría que, en general, el español es bastante conservador. Comparado con clientes de otras nacionalidades (por mi experiencia anterior con clientes americanos, alemanes, brasileños…), quizá los italianos son más parecidos a nosotros. No noto nada diferente en Galicia. Responde al patrón del cliente español. ¿Que en algunas regiones puede ser un poco más agresivo? Es verdad. Pero el tono general es conservador.

—¿Eso ha cambiado en los últimos años, con los tipos de interés negativos? Porque en el 2022 los inversores perdieron eligieran bonos, renta variable...

—Fíjate cómo de conservador es el cliente que en el 2022 ¿en qué ha invertido? En activos inmobiliarios. La gente tiene el gen del conservadurismo: le gusta tocar. Y en estos años pasados tampoco ha cambiado. Los saldos en depósitos del sistema financiero no han hecho más que crecer.

—¿Así que no ha cambiado nada?

—Algo sí. El mantra que viene de EE.UU. de que no hay alternativa a la renta variable. Pero es como todo. La inversión en renta variable es a largo plazo. Y no me canso de decirlo: los bancos lo hemos hecho muy mal. Los bancos no deberían ser un sitio en el que te digan ‘compra esto’ o ‘vende aquello’. El que piense eso se equivoca y quien maneja su negocio así comete un error. Porque la gente no quiere tener dinero por tener dinero. El dinero es un medio en la vida de las personas, tiene que tener un propósito. Unos lo quieren para comprar un coche, otros una casa y otros para la jubilación. Y mal lo vas a hacer si no conoces para qué quieren tus clientes el dinero. Otra cosa que ha cambiado es que la gente ahora está más dispuesta a asumir iliquidez por rentabilidad. La parte financiera tiene que acompañar al ciclo vital.

—Cuénteme las perspectivas de inversión para este año.

—Ahora estamos muy conservadores y somos muy cautos, porque aunque la inflación está bajando, la seguimos viendo alta. Hay mucha incertidumbre.

—¿Recesión a la vista?

—Sí. Porque los riesgos van a peor. Aunque no veo fácil que entremos en una recesión profunda.

—¿Y el impuesto a la banca? ¿Quién lo va a pagar?

—El cliente, por supuesto. Va a suponer un encarecimiento del crédito, del servicio. La banca dinamiza la economía, necesita capital para prestarlo y si no eres rentable, no atraes dinero.

—¿Criptomonedas?

—[Ríe] Me cuesta hablar de lo que no entiendo.