Alberto Fuentes-Valcárcel, arquitecto: «A Coruña desapareció de las postales, de repente, en el siglo XXI»

Mila Méndez Otero
mila méndez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

alberto
CESAR QUIAN

Rehabilita y divulga sobre el modernismo y, ahora, también lo inmortaliza con sus tarjetas navideñas de la ciudad

12 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Claro que A Coruña es una ciudad de postal», asegura Alberto Fuentes-Valcárcel. El arquitecto, socio del estudio COHR Arquitectos, se ha convertido en una de las voces especialistas en la divulgación sobre el movimiento modernista y el art nouveau de nuestro paisaje urbano. A través de Instagram y de su blog, recopila las historias que hay detrás de inmuebles que nos han acompañado toda la vida, durante varias generaciones. También la de aquellos que fueron arrasados por la piqueta o el abandono.

Estas Navidades, para que todos podamos llevarnos a casa un pedazo del esplendor de estos inmuebles, ha decidido inmortalizarlos con sus rotuladores. Sus láminas y postales navideñas se pueden comprar en su web, en algunas tiendas del centro y en el Mercado de las Nubes de San Agustín, del 16 al 18 de diciembre.

—¿Tienen tirón las postales navideñas de los edificios modernistas de A Coruña?

—Mucho. También las láminas de las calles paradigmáticas del modernismo, como la calle Ferrol y la plaza de Lugo. Gustan mucho, tanto a los coruñeses como a la gente de fuera, que se quiere llevar un recuerdo distinto de la ciudad, que no sea la torre de Hércules o María Pita.

En sus postales navideñas el arquitecto Alberto Fuentes-Valcárcel inmortaliza portales y edificios emblemáticos del modernismo coruñés
En sus postales navideñas el arquitecto Alberto Fuentes-Valcárcel inmortaliza portales y edificios emblemáticos del modernismo coruñés

—¿Por qué postales?

—Porque se había perdido esta tradición: las tarjetas de la ciudad como recuerdo o elemento decorativo. A Coruña siempre fue una ciudad de postal, tiene muchos escenarios bonitos y únicos. Históricamente, desde el siglo XIX, se vendían muchas tarjetas turísticas, tuvo una gran colección. Hoy, vas a las tiendas de la Marina y puedes encontrar algunas de fotos. En el siglo XXI, de repente, la ciudad desapareció de las postales. A día de hoy, somos bastantes los que estamos haciendo cosas de una forma artística y diferente.

—¿Nos hemos reconciliado con nuestro paisaje?

—A los historiadores les gusta sobre todo la arquitectura histórica, la construida hasta 1930, y, a los arquitectos, la contemporánea y moderna del siglo XX. El movimiento modernista, que coincidió por el medio, cayó en el olvido.

El arquitecto Alberto Fuentes-Valcárcel, en su estudio de A Coruña, con su colección navideña de postales
El arquitecto Alberto Fuentes-Valcárcel, en su estudio de A Coruña, con su colección navideña de postales CESAR QUIAN

—¿Cuántos edificios has inmortalizado con tus ilustraciones?

—Llevo 20. Algún día, me gustaría tenerlos todos. En esta colección de Navidad, me centré en dos edificios que adorné con decoración navideña en el papel. La casa Rey, en María Pita, y el número 7 de la calle Padre Feijoo. También he dibujado sus portales. Tenía ganas de hacer postales de puertas. Tenemos unos interiores modernistas muy importantes que no podemos ver, lógicamente, porque están dentro. Una de las entradas más fotografiadas en A Coruña es la de la casa Viturro, en la calle Compostela, porque está abierta.

—Además de ilustrar, también rehabilitas edificios. ¿Siguen en auge las reformas?

—Ahora, en el estudio, trabajamos en la rehabilitación de tres edificios protegidos. Uno es la casa de la Reja Dorada. Se está alargando, es un proyecto muy laborioso, pero la evolución está siendo maravillosa. Está recuperando su esplendor. Los otros dos inmuebles donde trabajamos están en San Andrés. Rehabilitar se ha vuelto una acción muy cara. Sobre todo, en lugares como la Pescadería, construidos sobre la arena. Hay que volver a cimentar, con mucha profundidad, y eso encarece mucho la obra.

—¿Tienes postal de La Terraza?

—Tengo una de la anterior, de la que está en Sada. De la actual, La Terraza de 1922, estoy preparando una. Es un edificio de transición, ecléctico, y gloriosísimo, a pesar de que, al haber perdido su uso lúdico original, en el interior se ocultaron elementos de interés, muchos seguro que los descubriremos debajo de los falsos techos. Ojalá que ahora le hagan una rehabilitación responsable.

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«Conservamos cien edificios modernistas, pero perdimos decenas de ellos»

Este arquitecto tiene una misión: que la riqueza de una etapa breve, pero brillante para la arquitectura de la ciudad, recupere la admiración que se merece.

—Los años del desarrollismo, finales de los 60 y 70, ¿fueron los años oscuros?

—Muchos de los edificios que se aprecian en las postales históricas se perdieron entonces, algunos fueron derruidos juntos en un mismo año, como pasó con tres de los hoteles más icónicos de la ciudad: el Atlantic Hotel, en los jardines y donde está ahora el hotel Atlántico; el hotel Palace, en el Obelisco, donde hoy está Mango, y el Gran Hotel de Francia, en la plaza de Mina, en el que se alojó Alfonso XII y que fue el primero en tener ascensor en la ciudad. Fue una época en la que el modernismo estuvo en riesgo. El Atlantic se tiró para hacer un edificio más alto y más grande con capacidad para alojar a más turistas. Hoy, cuando un turista hace una foto, lo hace de espaldas a estos edificios que ocupan lugares que antes eran los más fotografiados de A Coruña.

—¿Fue algo local?

—A partir de la Segunda Guerra Mundial, el modernismo empieza a tener una connotación negativa. Se veía como un estilo demasiado festivo, ostentoso, opulento. En los 50 se le odia en todos los lados. Se consideran edificios viejos. No fue hasta el siglo XXI cuando realmente se revalorizaron. Hoy, casi tiene más valor vivir en un edificio histórico que en uno nuevo.

—¿Cuántos se conservan?

—Tenemos 100 que han sobrevivido, pero llegó a haber 150. A Coruña es una de las ciudades españolas con más arquitectura modernista. Barcelona es la capital de este movimiento, pero, entre el resto de capitales de provincia, destacamos. En Zamora, que está cogiendo mucha fama por esto, tienen 30.