Un grupo de amigos apasionados del «cavallino rampante» realizan una ruta por la península ibérica. La compañía automovilística puso a su disposición ocho flamantes deportivos que llamaron la atención aparcados a las puertas del NH Collection Finisterre
12 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Es un plan de amigos. Como quedar con otras siete parejas para pasar unos días en una casa de turismo rural de Vila de Cruces, pero en versión superlujo. Charles Siow es un prestigioso neurocirujano de Singapur y propietario de tres vehículos de la marca Ferrari. Lo suyo es auténtica pasión por el cavallino rampante. Para él es un placer hacer turismo conduciendo uno de estos vehículos, pero de su tierra a Galicia hay casi 12.000 kilómetros de distancia. No queda muy a mano en coche aunque sea de alta gama. Decidió organizar un viaje, como hizo en otras ocasiones antes de la pandemia. En este caso se decantó por la península ibérica acompañado por un grupo de amigos y colegas empresarios y médicos. En Barajas, Ferrari puso a su disposición ocho deportivos de la marca para que pudiesen desplazarse por España. Empezaron la ruta en Madrid, fueron a Valladolid, subieron a Oviedo y el lunes por la tarde llegaron A Coruña. Como se pueden imaginar, los ocho flamantes Ferrari aparcados a la entrada del hotel NH Collection Finisterre no pasaron inadvertidos.
«Nos encanta la cercanía del mar y la amabilidad de la gente. Nos interesa la cultura, la gastronomía... A Coruña es preciosa», comentó Charles (los amigos le llaman el Jefe) en el programa Voces de a Coruña, de Radio Voz. Este martes por la tarde salieron rumbo a Oporto tras cenar el lunes en el Nado y recorrer la Ciudad Vieja, caminar por el paseo marítimo y subir hasta la torre de Hércules. Todo andando, nada de ir en los Ferrari. «Nos interesa la parte gastronómica, y de Galicia, el marisco. No solemos reservar en un sitio concreto. Nos gusta ir viendo y entrar en el que nos apetezca», apunta este hombre, portavoz improvisado del grupo de 16 amigos. Hasta el día 17 no vuelven a Madrid para coger el avión de vuelta a su tierra. A esto se le llama vacaciones de nivel y en Ferrari. Planazo en cochazo.
