Juan Gestal: «Es posible una nueva ola del covid, pero, en cualquier caso, nada será como lo que hemos vivido»

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

El catedrático emérito de medicina preventiva y salud pública Juan Gestal Otero es autor del libro  Pandemias
El catedrático emérito de medicina preventiva y salud pública Juan Gestal Otero es autor del libro Pandemias Paco Rodríguez

El profesor emérito de medicina preventiva y salud pública inauguró A Coruña el ciclo de charlas divulgativas de la Academia de Medicina

21 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Con una conferencia titulada ¿Qué nos hace pensar que está cerca el fin de la pandemia?, Juan Jesús Gestal Otero, profesor emérito de medicina preventiva y salud pública de la Universidade de Santiago (USC), inauguró este martes en el centro cívico de Labañou, en A Coruña, el nuevo ciclo divulgativo organizado por la Academia de Medicina. El experto, una de las voces de mayor peso a lo largo de estos dos años y medio de covid, acercó sus conocimientos a los ciudadanos. 

—¿Cree que realmente este es el final del covid-19?

—Todo apunta a que es muy posible que ahora estemos ya en el fin de la pandemia. Incluso la OMS se ha pronunciado en este sentido. En cualquier caso, estamos en la postpandemia. Todavía sigue circulando el virus y seguirán produciéndose algunos casos y lamentablemente también fallecimientos, e incluso es posible que pudiera producirse una nueva ola, pero, en cualquier caso, nada será como lo que hemos vivido.

 —¿Por qué?

—Las epidemias terminan cuando o disminuye la virulencia del germen o disminuye la población susceptible o ambas cosas. Los virus tienden a evolucionar hasta alcanzar su máxima eficacia biológica. A lo largo de la pandemia las distintas variantes que nos afectaron tuvieron un período de incubación cada vez más corto (de 6-7 días la alfa a 2-3 días la ómicron), mayor transmisibilidad, mayor escape inmune y mayor benignidad, sobre todo la ómicron, que se ha convertido en el virus más transmisible de la historia, superando al del sarampión. Por otra parte, cerca del 93 % de la población está vacunada y mucha ha sufrido la infección incluso antes o después de haber recibido la vacuna, generando una inmunidad híbrida más potente. Actualmente tenemos las incidencias más bajas de toda la pandemia, y se está haciendo vida prácticamente normal. Los virus de la gripe, sincitial respiratorio y del catarro común están volviendo a circular, lo que nos habla de un debilitamiento del virus pandémico. De todos modos, esto en cualquier momento podría cambiar. Ha habido otras veces en que la pandemia parecía que ya iba a terminar, la última en el pasado octubre y después aún vino la sexta ola y las dos olas de la fase de mitigación

 —¿Hay posibilidad de que se repita con la aparición de nuevas variantes?

—Es difícil pero no imposible que pueda aparecer una variante todavía más transmisible, con mayor escape inmune y más benigna que la ómicron, difícil pero no imposible. El SARS-CoV-2 es un virus RNA y todos los virus RNA (gripe, VIH, …) cuando se reproducen cometen errores, y aquellos que les son útiles para escapar de la inmunidad o transmitirse mejor tratan de perpetuarlos y dan lugar a las mutaciones. Se han producido cientos de ellas durante la pandemia, pero solo unas muy pocas han tenido relevancia. De hecho, llevamos un tiempo en que lo que está circulando, causando las últimas tres olas, son linajes y sublinajes de la ómicron. Ahora las amenazas son otros dos sublinajes de ómicron: el BA.2.75 detectado el 30 de junio en la India y desde entonces en otros 30 países, y el BA.4.6, una recombinación detectada el 15 de agosto en el Reino Unido y también en EE.UU. y en Alemania.

 —Dada la mortalidad y secuelas, ¿usted esperaba que se llegase a controlar la pandemia en dos años y medio?

—Ha sido un logro muy importante. A lo largo de la historia ha habido pandemias con duraciones mucho mayores, incluso de varios siglos. El rápido desarrollo de las vacunas ha sido crucial. Pero su distribución no lo ha sido y en tanto en la UE tenemos coberturas del 70 %, o del 6 % en EE.UU., en África son del 10 % y mucho más bajas todavía en muchos países. Esto podría dificultar el final de la pandemia, facilitando la aparición de variantes al continuar la circulación del virus en esos países.

 —¿La vacunación ha sido definitiva para lograrlo? 

—La vacunación ha sido importante sobre todo para evitar las formas graves y mortales de la enfermedad y permitirnos llevar una vida casi normal o normal en muchas fases de la pandemia. También ha sido importante para generar una inmunidad en la población, pero al no ser una inmunidad a nivel de mucosas no impide que los vacunados se infecten, puedan sufrir la enfermedad, aunque más leve, si ya no tienen anticuerpos neutralizantes circulantes en su sangre (pues dado el período de incubación tan corto no da tiempo a que la persona inmunizada produzca anticuerpos que eviten la enfermedad), de ahí la necesidad de las dosis de recuerdo para mantener elevado el nivel de anticuerpos neutralizantes en sangre sobre todo en las personas más vulnerables.

 —¿Tendremos que seguir vacunándose en sucesivas campañas?

—Esto dependerá de lo que ocurra en el futuro. No sabemos si el virus va a quedar, ni cómo nos va a afectar. Lo ideal, en caso de que el virus se quedase con nosotros, sería el desarrollo de una vacuna esterilizante que nos protegiese no solo frente a las formas graves de la enfermedad, sino también frente a la infección generando inmunidad en las mucosas.

  —¿Cree que hemos aprendido algo? ¿Estaremos mejor preparados si surge otra epidemia?

—Aprender hemos aprendido mucho. La cuestión es que lo llevemos a la práctica. Necesitamos fortalecer nuestro Sistema Nacional de Salud a nivel de atención primaria y atención hospitalaria, y de modo muy especial la salud pública, la cenicienta del sistema, la santa Bárbara de la que solo nos acordamos cuando truena. Hay que poner en marcha un sistema de vigilancia epidemiológica one health con información humana y animal,  dotar adecuadamente la salud pública de recursos económicos y de personal, y acercarla e interconectarla con la asistencia sanitaria llevándola a las áreas de salud.