Un gran cirujano, un maestro, un amigo y sobre todo una muy buena persona

Alberto Juffé Stein MIEMBRO TITULAR DEL SILLÓN DE CIRUGÍA CARDÍACA. SECRETARIO GENERAL DE LA REAL ACADEMIA DE MEDICINA DE GALICIA.

A CORUÑA CIUDAD

César Quián

19 sep 2022 . Actualizado a las 09:40 h.

Estoy abrumado, desolado. Siento un desgarro inmenso por el amigo que se fue, son 50 años de estar juntos. La vida a veces es injusta.

Transmitir en palabras lo que significó para mí el doctor Buitrón no es tarea fácil. Les diré que fue una de las personas que más influyeron en mi vida profesional y personal.

Conocí a Pepe Buitrón en el año 1972 en la clínica Puerta de Hierro de Madrid, él realizando la residencia en Urología y yo en Cirugía Torácica y Cardiovascular.

En el año 1990 llegamos a A Coruña para hacernos cargo del Servicio de Cirugía Cardíaca y desarrollar el programa de trasplante cardíaco para Galicia. De inmediato, el doctor Buitrón fue parte activa e impulsor del este gran proyecto, trabajando codo a codo con nosotros. Buitrón es una de esas personas que influyen en tu vida para siempre.

Su personalidad cercana, inteligente, con humor y un optimismo contagioso, y su capacidad de trabajo fueron una guía para todos nosotros, disfrutaba como el que más en cada uno de nuestros éxitos.

De inmediato, su entrega al proyecto de la cirugía cardíaca fue total, cirugía a cirugía, así nació entre ambos una complicidad, una amistad, un lenguaje no hablado que solo al mirarnos sabíamos lo que pensaba uno del otro.

El doctor Buitrón nació en León, estudió Medicina en la Universidad de Santiago de Compostela y, tras la citada residencia en Madrid, fue coordinador de trasplantes en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) y guía para los que lo reemplazaron en su cargo.

Era un enamorado y defensor de la relación médico-paciente y de la sanidad pública. Decía que el acto médico debe estar rodeado de honestidad, dignidad, y humildad. Innovador infatigable, un maestro. Entendió la cirugía como un arte, siempre apoyado en valores humanos. Un gran humanista.

Su lealtad hacia mi persona no tenía límites, su compromiso era total.

Escribió el prólogo de mi libro, titulado Con el corazón en la mano. 25 años de la cirugía cardíaca en A Coruña: «Que gran aventura aquella de poner en marcha el trasplante cardíaco del hospital. Inolvidable por el desafío técnico, social y administrativo. Eran tiempos de creación, tiempos sin límites».

Me honra poder decir que era mi amigo.

Lloré y lloraré su ausencia. ¡Hasta siempre, amigo!