Una riña vecinal por ruido motivó la brutal paliza a un joven en A Coruña

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

César Quian

Residentes y comerciantes exigen más presencia policial en el tramo entre el 129 y el 143 de la ronda de Outeiro

16 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay muchísima gente que antes de llegar al 137 de la ronda de Outeiro cambia de acera. Los vecinos de Os Mallos tienen miedo a lo que les pueda pasar porque en ese tramo pasó de todo. La brutal paliza a un joven poco antes de la medianoche del miércoles fue el último episodio violento. Pero hubo otros más. Por eso los residentes y comerciantes de la zona exigen a las autoridades una mayor presencia policial. Quieren que entre el 129 y el 143 de esa calle se hostigue y persiga a los traficantes y demás delincuentes hasta que se vayan. Dicen que hicieron suyo ese trecho de la ronda de Outeiro y los que viven encima y trabajan al lado lo sufren día y noche.

La paliza se originó tras una fuerte discusión entre vecinos del 137. El que terminó apaleado había protestado por el alboroto que estaban armando en el piso de enfrente. Tras un intercambio de amenazas e insultos, cogió un palo y se lanzó a por los que hacían ruido sin importarle que fuesen muchos. Estos contestaron sacándolo a golpes, patadas y puñetazos del edificio y en la acera le dieron hasta con una sartén. Siete veces se ve a uno agrediéndolo en la cabeza con el utensilio de cocina.

Lo dejaron en paz cuando cayó al suelo. Los agresores se dispersaron y ahí nadie vio ni escuchó nada. Ni el joven agredido, que tuvo que ser atendido, presentó denuncia. Todo el que allí presenció la paliza enmudeció. Como si nada hubiese pasado.

Pero pasó y eso para los vecinos es razón suficiente para que se vigile ese tramo de acera «donde se trapichea con droga a todas horas», dice un residente. No se tiene constancia de que en los edificios se venda droga. Es en la calle. A la vista de todo el mundo.

Los residentes aseguran que el trapicheo «no solo es por la noche, son las 24 horas. Casi todos los días estamos retirando jeringuillas y baldeamos con la manguera la sangre que dejan. Vómitos y sangre por todos lados. En las galerías comerciales ya aprovechan un hueco que hay. También consumen en la parte de abajo. La gente tiene miedo y cada vez se agrava más el problema porque vienen bandas nuevas. Se van unas y vienen otras», precisó el vecino. Un comerciante de la zona cree que «la policía de barrio solucionaría el problema de un día para otro». 

Jeringuillas

Eran muchos los que lamentaban este jueves que estos incidentes sean una constante en el barrio. «No nos sorprende nada. Llevamos con esto así como tres o cuatro años. Vivimos con miedo. Ahora que viene el invierno y con la falta de luz, nadie se va a atrever a salir a la calle, porque es un peligro», dijo en Voces de A Coruña, de Radio Voz, un comerciante del lugar.

Desde la Plataforma Vecinal Os Mallos también se pide vigilancia. Al problema de las okupaciones «que sufre el barrio se une el trapicheo en esa acera. Eso lo sabe todo el mundo y ya son años los que llevamos viéndolo», afirman.

Sus reivindicaciones fueron escuchadas. Desde que tuvo lugar este suceso, un vehículo de la Policía Nacional supervisó la calle. Durante la mañana de este jueves, en menos de 30 minutos, una patrulla pasó despacio tres veces por delante del portal frente al que se produjo la paliza. Los que supuestamente siempre están traficando no asomaron por la zona.

Las okupaciones y el tráfico de drogas «manchan la imagen de un gran barrio»

Os Mallos no es okupación y drogas. Para nada. Es mucho más. «Es un gran barrio manchado por unos pocos», dijo este jueves José Salgado, presidente de la asociación de comerciantes Distrito Mallos. Lamenta que sucesos como los del miércoles por la noche estropeen la imagen de una zona de la ciudad de muy buena vecindad y con un gran comercio. Existe un sentimiento de barrio «como en pocos sitios», dice.

Eso lo piensan todos. Pero unos creen que es mejor evitar hablar de lo malo y otros opinan que es mejor denunciar todo lo que está pasando para que las autoridades «se pongan las pilas».

«No quiero enviar un mensaje de inseguridad sobre nuestros barrios, pero sí que hay preocupación, la gente tiene que sentirse segura y eso en A Coruña no está pasando en este momento», apuntó este jueves Miguel Lorenzo, portavoz del grupo municipal del PP y candidato a la alcaldía.

«Tenemos que poner en valor a nuestra Policía Local y volver a verla patrullar como policía de barrio», dijo el presidente del PP local, que advirtió sobre el problema de la okupación. «No hay derecho a que una persona se vea privada de su propiedad y además tenga que asumir todos los gastos. Si la ocupación la hacen personas vulnerables la solución debe recaer en la Administración y no en los ciudadanos», manifestó.