Vecinos y comerciantes de A Coruña piden el control de locales conflictivos en Cuatro Caminos

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Emiliano Mouzo

Solicitan «más empeño» para crear la policía de proximidad o de barrio

04 abr 2023 . Actualizado a las 20:03 h.

«Allí se junta lo mejorcito de cada casa. A veces montan los follones ya dentro de los bares y siguen las peleas en la calle, a lo largo de Alcalde Marchesi, en A Coruña. Y al ser una calle estrecha, los gritos por la noche se escuchan hasta en los pisos más altos. Deberían hacer algo con esos locales, porque son fuente de conflicto». Este es el testimonio de una vecina de Cuatro Caminos que, desde hace dos años, es testigo de los robos y los problemas de inseguridad que está generando el aumento de la presencia de narcopisos y droga en esta zona de la ciudad. Otro vecino explica que el número de locales donde se junta gente «problemática» no se limita a estos dos situados en la confluencia con la calle Concepción Arenal, sino que también hay más en Vales Villamarín, A Cubela o Monelos. «Creo que el problema no está en los bares en sí, sino que entra gente ya drogada o bebida. Y el dueño de un bar tiene que hacer caja, sea el cliente que sea...», justificaba otro. Ayer mismo, la Policía Local intervino en una reyerta entre clientes en un bar en la calle San Luis (Os Mallos), que se mantuvo cerrada al tráfico durante más de media hora.

La presidenta de la federación de Asociaciones Vecinales de A Coruña y Área Metropolitana, Luisa Varela, explica que la situación en esta zona de la ciudad es cada vez más preocupante, aunque hay problemas similares en todos los barrios. Indica que se está repitiendo lo mismo que ocurrió cuando se desmanteló el poblado chabolista de Penamoa para construir la tercera ronda, hace más de un decenio: «Era el mayor punto de venta de droga y, al dejar de existir, ese problema se extendió por toda la ciudad. Fue una época muy complicada. Pues ahora, tras el desmantelamiento de las casas de San José y de la conservera Celta, los que hacen negocio con la droga tienen que seguir vendiendo en algún otro lado, y lo hacen en pisos por toda la ciudad», explica.

Demanda de policía de barrio

La presidenta vecinal, que también es responsable de la entidad A Barcarola, recuerda que llevan años demandando más presencia policial en las calles porque ello evitaría que los ciudadanos «tengamos que estar en alerta todo el día, porque son las fuerzas del orden los que tienen que poner medios para arreglar esta sensación de inseguridad». En concreto, pide que la Policía Nacional vuelva a poner en funcionamiento la policía de proximidad y que el Ayuntamiento cree por fin la policía de barrio. «Somos conscientes de la falta de efectivos, pero también hay que poner empeño para que los proyectos salgan adelante», dice.

También el presidente de la asociación de vecinos de Oza-Gaiteira-Os Castros, Paulo Sexto, insiste en la necesidad de que haya una mayor visibilidad de agentes en la calle, puesto que es «una forma de disuasión para que no se produzcan actividades delictivas en los barrios». En este sentido, confirma que desde que se denunció públicamente los problemas con los narcopisos, las viviendas okupadas y el trapicheo de droga en esta zona, «sí hay más presencia policial». Pero, según indica, «el problema sigue ahí» y por ello han solicitado una reunión en la Subdelegación del Gobierno.

Añade: «Si no se toman medidas rápidas, mucha gente va a perder su modo de vida y hosteleros tendrán que cerrar», avanza. De hecho, tras el revés económico que supuso la pandemia del coronavirus para el sector hostelero, ahora se enfrentan a una bajada de ingresos porque «la gente no quiere estar en una terraza acosadas por toxicómanos pidiendo dinero». Desde la Policía Nacional insiste en que siempre se refuerza la presencia policial en aquellos puntos que son más conflictivos y que desde el pasado 16 de julio se incorporaron en A Coruña 16 agentes en prácticas.

Toxicómanos rehabilitados se vuelven a enganchar tras los años de pandemia

Además de vigilancia, desde las entidades vecinales piden «una prevención real y eficaz» para que los jóvenes rechacen las drogas. Tanto Luisa Varela como Paulo Sexto coinciden en que se ha notado un repunte en el número de hurtos relacionados con el consumo de estupefacientes y, aunque las autoridades «no le están dando importancia, nosotros sí, porque genera inseguridad», puntualiza Varela.

La percepción que tienen los dirigentes vecinales la confirman desde la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga en A Coruña (Aclad). «Cuando se desmantela un punto importante de venta de droga se nota en la ciudad con la proliferación de más focos». Indican también que esa otra percepción de que hay un mayor consumo no se traduce en un aumento de pacientes que tratan en la asociación. «Puede que haya más consumidores de heroína, pero no hay más demanda de personas para desengancharse». Lo que sí confirman es que, a pesar de que hay mucha gente joven que se inicia en el consumo, es más llamativa la cifra de personas de cierta edad que estaban desenganchadas pero, tras la pandemia, han retomado las drogas. «Algunos son antiguos pacientes que vuelven al consumo de heroína. Nosotros técnicamente llamamos a esta situación reinicios». Desde esta entidad, que lleva en activo desde el año 1979, indican que los toxicómanos no solo se inyectan la heroína, sino que también la fuman e inhalan. En muchas ocasiones mezclada con cocaína.