Treinta años de la inauguración de la fuente de los surfistas de A Coruña, una «adelantada» a su tiempo
A CORUÑA CIUDAD
El escultor José Castiñeiras Iglesias sintió la necesidad de plasmar los movimientos de estos deportistas en un momento en el que la ciudad solo contaba con cien personas que practicaban esta disciplina
14 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Matadero y Orzán son las playas por excelencia donde surfear en A Coruña. Ambos arenales están vigilados por una escultura que ya se ha convertido en una referencia para muchos. Se trata de la obra de José Castiñeiras Iglesias, que se inauguró el 14 de julio de 1992. Es autor, además, de otras obras como la de María Pita o las Catalinas.
En aquel momento el surf no era un deporte común en la ciudad. Eran pocas personas las que se acercaban hasta el mar para cabalgar sus olas. Sin embargo, Castiñeiras fue un visionario, puesto que con el tiempo se ha convertido en una disciplina muy popular. «Fui tres o cuatro veces al espigón para pensar qué se podía hacer en aquel lugar», explica el escultor. «Las ideas que se habían planteado hasta ese momento eran totalmente descabelladas», añade.
«Solía apoyarme en la barandilla y mirar hacia el mar», indica. Uno de esos días, varios surfistas entraron en su campo de visión y fue ahí cuando tuvo claro lo que quería hacer. Una fuente de surfistas. Sin embargo, antes de comenzar a hacer la maqueta estudió los movimientos que hacían estos deportistas cuando cogían una ola para poder plasmarlos de la manera más fiel posible.
Una vez tuvo hecho el diseño de los surfistas, faltaba la fuente. «Quería hacerla a dos alturas para simular el momento en que están subidos a la tabla sobre una ola», comenta Castiñeiras. Por ello, realizó una primera planta casi a ras de suelo y una segunda unos centímetros más alta. Antes de llevarlo a la realidad, estuvo haciendo pruebas en el jardín de su casa «con unos tubos para poder calibrar el agua de manera que no se saliese de la fuente». Dada la dificultad, decidió instalar unas llaves de paso con el objetivo de poder controlar la presión a la que salía.
Bronce y piedra fueron los materiales que el escultor decidió utilizar para construirla, puesto que «era la única manera de evitar que se estropease con el efecto de la sal del mar o de las malas condiciones meteorológicas».
Se considera un «adelantado» a su tiempo, puesto que en el momento en que decidió construir la fuente de los surfistas eran pocas personas las que se dedicaban a este deporte. «No era algo común, pero las posturas que hacen cogiendo olas me parecieron preciosas y sentí que eso era lo que tenía que plasmar», asegura.
Ahora, la escultura no solo es una referencia para los coruñeses, sino que también para los turistas. El Hotel Meliá María Pita está justo enfrente, así que muchos extranjeros le hacen fotos. «Creo que es uno de los monumentos más fotografiados en las ciudad», dice Castiñeiras.
El lugar de referencia para los surfistas
La fuente «es un punto de encuentro para los surfistas», explica Óscar Vales, dueño de la tienda Vazva y testigo de la evolución de este deporte en la ciudad. Es por este motivo que la escultura fue elegida en varias ocasiones como lugar donde hacer homenajes a figuras importantes en esta disciplina.
Fue el caso de Roberto García Fariña, más conocido como El Viejo o Tito, considerado uno de los pioneros del mundo del surf en A Coruña. Nació en plena playa de Matadero y «se convirtió en el abuelo de todos», explica Vales. Por todo ello, eligieron la fuente de los surfistas como el lugar donde colocar una placa en su honor tras su fallecimiento.
Además de ser un lugar donde homenajear a los deportistas que practican esta disciplina, muchos se acercan hasta la escultura para charlar o pasar tiempo con otros surfistas mientras observan el mar. «A veces vamos para ver si nos podemos echar al agua, pero muchas otras solo vamos a hablar», asegura Vales.
«Es casi obligatorio ir hasta allí si quieres hacer surf porque es desde donde mejor se ve el mar». Óscar Vales coincide con José Castiñeiras Iglesias en que fue un monumento adelantado a su tiempo. «Cuando se hizo la fuente— en 1992— había unos 100 surfistas en la ciudad, ahora se ha multiplicado un 10.000%», indica Vales.
Objeto de ataques vandálicos
Aunque la fuente de los surfistas es una escultura muy querida por los coruñeses, no la eximió de ser objeto de ataques vandálicos. En diciembre del 2018, el agua amaneció teñida de rojo. Además, estaba escrito «presos en folga» en la piedra que rodea a la fuente. Por ello, varios operarios municipales tuvieron que desplazarse hasta el lugar con el objetivo de limpiarla.
Dos años antes, alguien colocó una tabla de surf en una de las estatuas. Fue como consecuencia de las quejas por el canon que la Demarcación de Costas en Galicia tenía previsto aplicar en aquel momento a las escuelas dedicadas a determinados deportes náuticos. En ella se podía leer: «Hay Marea. Podemos. En Marea. Cobran 200/mes por el uso de los arenales».