Buceo entre peces, a doce metros de profundidad

Almudena Santos A CORUÑA/ LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

Una redactora de La Voz de Galicia bajó a conocer los fondos de San Amaro

25 jun 2022 . Actualizado a las 15:13 h.

La playa de San Amaro, en A Coruña, acogió ayer lo que se conoce como bautismo marino. Se trata de una actividad organizada para personas que nunca antes han buceado. Gruesos neoprenos, gafas de buceo, aletas y bombonas de oxígeno fue el equipamiento que se pusieron para poder vivir la experiencia los participantes. Se fueron sentando poco a poco en la lancha, de espaldas al mar para posteriormente lanzarse al agua. Una vez dentro, los monitores que guiaban la actividad, de la empresa Nauga, fueron deshinchando los chalecos flotadores, lo que provocó que comenzasen a descubrir todos los secretos que esconden de los fondos marinos.

Las algas enganchadas a las rocas, de colores verdes y marrones, se apropiaron del paisaje y fueron dando a paso a los peces que allí había escondidos. Los animales que se dejaron ver eran de color tierra, debido a que «es la manera que tienen de camuflarse en el entorno», explicó uno de los monitores. Tuvieron también la oportunidad de ver un pulpo. Sin embargo, se asustó el color naranja fosforito de las aletas de los buceadores y se marchó rápidamente.

Aunque el mar se veía aparentemente tranquilo, lo cierto es que los fondos marinos a 12 metros de profundidad, no estaban igual. Esto dificultó ligeramente la visión de los buceadores, debido a que la arena de las profundidas estaba revuelta. Sin embargo, no fue un obstáculo para poder contemplar las maravillas que esconde el mar de A Coruña.

CESAR QUIAN

Puntos de buceo

El Chino es uno de los pecios más populares para bucear. Se trata de un «buque que se hundió, aunque casi todos los tripulantes pudieron ponerse a salvo», relató uno de los monitores. El único que se negó a abandonar el barco fue el cocinero, cuya nacionalidad da nombre al pecio.

Otro buque que se hundió en las aguas coruñesas fue el Mar Egeo. Todavía pueden verse algunas de sus partes, aunque uno de los trabajadores del centro explicó que «gran parte del metal ya no está debido a que muchos chatarreros se llevaron partes del barco para luego venderlas». «Antes había una estructura por la que se podía pasar sin peligro», añadió.

Al margen de los pecios, hay una zona conocida como La Catedral, cerca de la torre de Hércules. Los buceadores suelen quedarse marivallados con todo lo que esconden esas rocas verticales. Es un lugar que alberga diversos peces, corales y todo tipo de vida marina. De hecho, ha habido muchas ocasiones que se han encontrado con pequeños tiburones, aunque estos animales son completamente inofensivos e, incluso, «a veces se dejan tocar».

El mar esconde también una tumba de dos personas que quisieron ser enterrados bajo el mar. Hay una placa en la que pone el nombre de ellas. «Es la única que conocemos en la zona», indicó uno de los monitores.

La actividad fue organizada por el Consorcio de Turismo para celebrar el aniversario de la declaración de la torre de Hércules como patrimonio de la humanidad.