Todos ellos, que son amigos ya desde hace mucho tiempo, quisieron rememorar algunas de las anécdotas que vivieron en este lugar. «Solíamos lanzarnos desde donde ahora está el límite de La Solana», comentaba uno de ellos. Y es que antiguamente la zona era un arenal al que acudían muchos coruñeses. Haciendo referencia a ello, Brea cree que «deberían traer arena como la de O Pedrido para recuperar la playa de O Parrote». Después de tantos años, los usuarios de la zona vieron a muchos acudir a bañarse. Es el caso del antiguo jugador del Deportivo Dagoberto Moll, que a sus 95 años sigue frecuentando la zona, aunque ayer no quiso meterse en el agua como consecuencia de la brisa y la niebla que había.
La Voz
Arrancó la temporada oficial de baño en las playas de A Coruña. Y lo hizo con la novedad de la habilitación del Parrote como espacio delimitado para poder nadar y darse un chapuzón. Si se pudiera hacer un viaje en el tiempo, cien años atrás, y recorriéramos la costa de A Coruña, veríamos un paisaje completamente diferente. Tanto en lo urbano como en lo social. Puede apreciarse en la imagen que la Real Academia Galega ha rescatado hoy de su archivo. Y que ilustra esta noticia.
A finales del siglo XIX y a comienzos del XX había varios balnearios o casas de baño en la ciudad. El más antiguo, recuerda la institución con sede en la calle Tabernas, estaba en O Parrote, pero la mayor parte se situaban en la bahía del Orzán. Uno de los más conocidos era el Balneario de la Beneficencia Municipal, inaugurado en 1874 y al que popularmente se apodaba con el sonoro nombre de «chalé de Riazor».
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